viernes, 29 de enero de 2010

uuuffffff...son las 6 y 30 de la madrugada, y recién me llamó mi mamá desde argentina, porque dijo que soñó conmigo, y se preocupó, claro, yo como un tonto me olvide de quitar la campanilla del teléfono, cosa que siempre hago, porque si por ella fuera, hablaría conmigo 20 veces seguidas en una noche, en cambio de ese modo, sabe que cuando atiende el contestador, yo duermo...
me tanta rabia, saber que mi viejita, esté así...me supera, no por su enfermedad, sino, saber que hay amigas de ella, o gente conocida, que teniendo su edad o mayores, están mejor de la cabeza que ella, y es algo que no puedo controlar, ni desde la distancia, ni siquiera estando cerca, ya que irremediablemente, puede seguir en ése estado muchos años más o Dios dirá cuándo...Pero lo positivo de esto, es que ella, se caga de risa de todo, literalmente, y se ríe, ríe todo el tiempo...
Siento a veces un nudo en el corazón, porque me doy cuenta que a sus ochenta y largos años, ha vuelto a ser una niña, con toda la inocencia que esto significa, y doy gracias a Dios, por su recuperada y bendita inocencia, donde además, en su memoria, solo existen los momentos de su brillante juventud, y la veo bailando en el campo, vestida de blanco, con su sombrero de paja y organza almidonado, juntando flores, para llevarle a mi abuelo, que controlaba a los empleados sezgando el trigo, en esas mañanas de sol, en la isla de Sicilia...Y que cuando mi tío Giuseppe, la veía venir, se montaba en su caballo, la subía al lomo del mismo, y la llevaba de nuevo a la casona, porque allí estaba lleno de hombres que la miraban lujuriosamente y él, en ataques furibundos de celos, les arrojaba piedras...mientras mi abuelo, con una sonrisa esbozada en su rostro, aprovechaba a sentarse sobre una roca, y prendía su pipa, sabiendo que mi madre, estaba bien protegida...