domingo, 23 de enero de 2011

Érase una vez un niño...

Érase una vez un niño...

Érase una vez un niño más bajito que los demás, más rubiecito que los demás, más torpe que los demás...
De repente se dió cuenta que crecía, pero no mucho, que compensaba sus carencias con una propensión a la ensoñación muy desarrollada y una querencia a la magia. 

Y muchas veces la magia me asistió en varias ocasiones.

A los 4 años, una Navidad, preparó con su mamá una crêpe con queso para Papá Noel, y al día siguiente comprobó arrebatado que Papá Noel se la había comido. Toda.

Años más tarde fue mágica la primera vez que, siendo el más bajito, marcó un gol de cabeza y se sintió como un gigante. Y cuando cumplió 11 años... 

Seguía siendo el más bajito y jugando a la gallinita ciega pilló a la niña más hermosa y delicada de toda la clase y la besó.
Era su primer beso y el mundo se detuvo. Cuando se quitó la venda de los ojos tenía ante él a la más fea de la clase. 

Y no me asusté...No.
Comprendí el poder mágico de los besos, capaces de transformar la realidad y cuando pegué el estirón,mayor que el de mis hermanos, transformé ésa realidades en otras cosas...Tenía 13 años... 

Así que la magia me siguió asistiendo cuando me hice hombre y me ha convertido en contador de historias a través de la escritura.

He aprendido a entrar y salir del mundo de los sueños. Si te quedas demasiado tiempo conectado a la realidad, te sentirás viejo; si te refugias demasiado en los sueños, te desconectas de lo que tiene sentido: la familia y los amigos.

Se debe mantener en un frágil equilibrio. 
Todo eso está en mis historias. 

Retazos...
Sin saberlo, la sombra del amor,me ayudó a superar la pérdida de mi padre, y estoy en ello con la de mi madre.
Al día siguiente de su muerte escribí sentimientos que luego se convirtieron en libro, una vez digerido el choque de la tristeza.
Hasta el último momento pensé que se recuperaría.
Era muy alegre, me parecía invencible. 

Y así comprendí sobre la muerte que, curiosamente, vivirla tan de cerca me ha conectado a la vida.
Supe que esta carcasa humana de perfectos engranajes se puede desajustar en cualquier momento y convertirnos en el animal más frágil.
Supe que debía aprovechar el tiempo regalado, y me dije: conviértete en lo que eres realmente. 

Y así nació este blog, y por otro lado va creciendo una novela, que me provoca los mismos dolores de cabeza, que se debe sentir criar un hijo, naciendo así el universo de los diferentes retazos de mi vida, que no dejan de ser aliados del corazón..

Es un billete comprado, sin fecha de partida, ni de caducidad, hacia la próxima estación, tener la posibilidad de seguir trabajando en libertad, y eso en sí mismo ya es un sueño.

Tengo muchos amigos con talento que tienen que simultanear con otros trabajos. 

Es por ello que me parece que lo esencial en la vida, es el amor.

Ya sé que es un cliché, lo siento, pero el amor es lo que da sentido a la vida.

El amor de pareja, de padres, de hijos, de amigos.
El amor es una aventura y no algo que está ahí dado; hay que cultivarlo, hacerlo crecer y ver qué pasa. 

Puedes hacer todos los libros que quieras, pero si por encima de ello no está el amor dándole sentido, la sensación es de fracaso.

Lo importante no es marcar el gol, sino dar un buen pase, ser capaz de disfrutar dando y celebrar el éxito en el que has colaborado. 
Eso es ser emocionalmente inteligente. 

Estoy convencido de que si eres capaz de sentir placer al dar, eres capaz de recibir mucho mejor. Y ese intercambio amoroso para con el otro te da la fuerza para enfrentarte a lo que sea. 

A mis años, la magia sigue acompañándome. He vivido momentos de trance brutal, en el escenario sobre las olas de la vida y creo que los momentos de magia se merecen, que no son golpes de suerte. 

Hay que ganárselos, como me ocurrió a mi un día, en una isla, en un verano espléndido, donde las olas eran demasiado grandes para mi nivel. Las enfrenté y durante un buen rato tragué agua, pero en la puesta de sol, bajo una luz fantástica, solo en la playa, ocurrió: ví una ola increíble, un tubo naranja en el que penetraba la luz del sol. Era una sensación tan mágica, que ni siquiera tenía consciencia de que fuera yo el que estaba allí. 

Ojala todos supieran a lo que me refiero. 

Y eso me pasa también con la escritura. No sale nada, y de repente... Esa es mi vida. 

Hay días en que persigo esos momentos, corro tras ellos, y cuando consigo una migaja me emociona tanto que estoy dispuesto a trabajar muy duro para volver a sentirlo, y si puedo encontrarle la vuelta, lo plasmo aquí en mi blog, para ustedes, o lo conecto a mi novela.
Después hay otros momentos que todavía no he vivido y que espero con impaciencia: saberme amado, en el sentido que yo necesito...

Qué me enamoró de mi ex?
Sus secretos, está lleno de siniestros misterios, pero no es un misterio fabricado.
Es directo, sencillo y lo peor que tiene es que es un orgulloso de mierda, pero humilde con sus logros, y también frágil. 

Por eso me doy cuenta que lo que quiero contar es trascender la realidad, ir más allá y traerme esas cosas invisibles que hacen de la realidad un lugar mejor.
Me gustaría ser un chamán, un sanador. 
 
Por eso a veces siento que mi corazón, es un viejo reloj de madera que no debe sufrir emociones fuertes. Y lo que trato es que mi novela sea mágica, poética y entrañable.
Pero el gigante que hay dentro del protagonista da un trozo de su sombra para que la gente que ama aprenda a volar.
Mi personaje tiene mucho de él, un aventurero soñador capaz de atravesar medio planeta para ir al encuentro de su amor.