lunes, 10 de octubre de 2016

(¿FINAL?)NO SEREMOS NI LA SOMBRA DE LA SOMBRA QUE FUIMOS...



Resultado de imagen de Edward Gorey
Edward Gorey


Con los años y las décadas que he vivido (muchas)he aprendido que hoy todo el mundo se cree un héroe en su propia vida y a menudo frente al resto de su grupo.
Y para entenderlo deberíamos retroceder unos miles de años para entenderlo bien... ¿OK?

En la tribu los dioses eran responsables de todo: de la lluvia, la cosecha, las guerras... Al individuo le quedaba rezar, y lo que no decidían los dioses por ti lo decidía la tribu. Sólo había que ser uno más. 
Tus líderes decidían por ti cuándo había que cazar, bailar, guerrear y morir por la tribu. Si obedecías, podías ser héroe en tu grupo. Y, además, la única alternativa era irse de la tribu, y ahí afuera acechaban las fieras.

La mayoría obedecía. 
Pero hoy los dioses han muerto - o los hemos recluido en la conciencia de cada uno-y la tribu se ha convertido en una difusa administración burocrática y globalizada mientras cada vez uno tiene que decidir más cosas solo.

Por ejemplo. Nuestros padres sólo podían rezar y resignarse a aceptar los hijos que Dios les enviara.
Hoy podemos decidir cuántos hijos, cuándo e incluso su sexo si quisiéramos.

Ya vemos. No son elecciones menores. 
Si nacías pobre o rico, blanco o negro u hombre o mujer, tus elecciones estaban limitadas desde la cuna. Hoy cada vez están más abiertas para todos. El progreso es el ensanchamiento de nuestra capacidad de elegir. Y parece irrenunciable. Pero también estresante.
Por eso las enfermedades mentales se han disparado y por eso también es más difícil cada vez dirigir en política y en la empresa.
Porque como tenemos tanta capacidad de elegir, ya no somos parte de la tribu, sino que hemos convertido el mundo en un mero escenario para que nuestro yo, lo único que creemos importante, se realice.

Por lo tanto, ya no somos felices en común. 

De ahí que el cinismo y la pasividad gubernamental global, y sobre todo la empresarial de las grandes corporaciones, sean las actitudes habituales en las organizaciones humanas de nuestros días. Empezando por los líderes.

Hoy los directivos llegan a las empresas no para concebir y realizar los mejores planes para el grupo, sino para que el grupo se convierta en el escenario donde ellos realizarán sus propios planes. El resto de la empresa son adversarios, aliados o irrelevantes.

Y nosotros (la tropa) habitantes de este planeta, que se extingue, no nos planteamos si pensamos igual o no. 

Es esto una disgregación grupal? ¿Hemos perdido capacidad de pensarnos y sentirnos en comunidad? Y eso hace muy difícil liderarla. Hoy cada uno tiene su plan, sus aparatos tecnológicos que nos distraen de lo que se viene y sólo estamos satisfechos si con esto los que nos lo ofrecen lo cumplen


Es imposible que una empresa concilie tantos individuos tratando de realizar su ego. Y todos dan por sentado que los demás, incluyendo a los jefes, también persiguen sólo su propio plan.

Mis padres al hablar de sus dirigentes suspendían en parte su juicio. La gente solía dejar un margen de confianza para sus líderes: "Si quien manda hace eso, aunque no entendamos por qué, será por algo bueno para todos". Hoy ya nadie piensa así.

 Deberíamos reconstruir los valores de grupo y una gran posibilidad es bucear precisamente en uno mismo hasta encontrar los propios motivos: qué es lo que te hace funcionar.
Por eso considero que la biografía de nuestro entorno nos enseñe a reflexionar y realizar la propia.

La gran paradoja es que el único modo de entender, está en aprender a entender a los demás. Ponerte en sus zapatos y caminar kilómetros con ellos.
Porque el único juicio objetivo sobre uno mismo está en los ojos de los otros. Y saber lo que piensan de uno es un ejercicio anti ego. Al principio, cuando la gente habla de su vida, todo es yo, yo, yo... En mi vida laboral y sobre todo como autoridad máxima en esas mismas corporaciones, han llegado a decirme: "Mi vida ha sido la preparación para maximizar los beneficios de la empresa".

Una vida muy triste.
Pero cuando aprenden a pensar en cabeza ajena, van apareciendo en las biografías de cada uno de ellos, poco a poco, los demás.

¡Por eso desapareceremos entre los tentáculos de las grandes empresas que dominaran en el futuro!!!!!
Porque hemos convertido a los demás en meros secundarios de nuestra película, esa en la que somos únicos protagonistas y héroes. Nadie admite de sí mismo haber hecho nada malo, pero si se hace un esfuerzo de memoria, investigación y reflexión sincera, podrás ir descubriendo las cosas malas que te han visto los demás a lo largo de tu vida.

A veces me tildan de moralista y anárquico. Antisistema, pero lamentablemente porque lo he vivido desde adentro, sé que el mundo ira al caos porque es muy difícil que funcione si sólo son un grupo de egos compitiendo, para beneficio de unos pocos, olvidando que esos pocos, serán los únicos beneficiados, cuando debamos emigrar a otros planetas.

Resultado de imagen de Jim Kay

 Imagen de Jim Kay