domingo, 29 de agosto de 2010

Las Decisiones irracionales que muchas veces solemos tomar, forman parte del proceso de elección y creo que se basa en reglas aprendidas durante la evolución

Aunque se siguen asociando más a las tripas que a la inteligencia, las intuiciones son atajos del cerebro para tomar decisiones rápidas. Se basan en capacidades evolucionadas a lo largo de miles de años y están detrás de la mayoría de nuestras elecciones.

Me acorde de éstas cosas cuando leía a Darwin, y al releerlo entendí aun más, que él tenía una mente tan analítica que incluso llegó a plantearse el amor como una cuestión científica.

Dos años después de haber regresado a Inglaterra tras su épico viaje a bordo del Beagle por el Cono Sur, durante el cual realizó las observaciones que le permitirían sentar las bases de la teoría de la evolución, Darwin se planteó qué hacer con su vida: ¿buscaba una mujer y se casaba? ¿O mejor se consagraba a la investigación científica? Entonces este naturalista tenía 28 años y para tomar una elección cogió una hoja de papel (que aun se conserva en un museo), trazó dos columnas y en la de la izquierda escribió la palabra "casarse" y anotó todos los argumentos que se le ocurrieron a favor del matrimonio. En la de la derecha, listó todas las ventajas de la soltería.
Lo suyo era una cuestión de confianza en si mismo...

Si cada uno tuviéramos que partir de las experiencias propias para todo, necesitaríamos, sin duda, varias vidas.

Imaginemos que un niño debiera partir de cero y él solo tuviera que aprender a comer, a caminar, a vestirse, a hablar. Sin duda, el proceso de aprendizaje sería lentísimo. Y como no tenemos varias vidas para dedicar a aprender, los seres humanos hemos descubierto que resulta más razonable imitar a los otros, preguntar o pedir consejo.

De hecho, siguiendo con el ejemplo del niño, este imita primero a sus padres, después, al crecer, adopta roles públicos y profesionales. Y esta manera de actuar, confiando en el otro e imitándolo, es uno de los tres atajos que tiene el cerebro para tomar decisiones reflexivas, junto con el lenguaje y la enseñanza, y para permitir la transmisión cultural, de información de generación en generación.

Los supermercados dicen mucho más de lo que creemos sobre nosotros. De hecho cuando viajo, es el 2do. lugar que suelo visitar, e inspeccionar; el 1ro.siempre es el museo principal de cada ciudad, obviamente...

Las teorías de la economía estándar dicen que todos sabemos hasta cuánto estamos dispuestos a pagar.

¿Cuánto me gastaría en un vino? ¿Y en un jersey? Siempre que compramos tomamos decisiones de precios.
Pero a veces es muy difícil, por ejemplo, evaluar qué vale el placer de saborear un helado, baste recordar las publicidades de MASTERCARD...

Solemos establecer lo que valen las cosas por comparación.
Por ejemplo, en un restaurante, si en la carta hay un plato muy caro y al lado uno no tan caro, seguramente el segundo nos parecerá razonable y lo escogeremos.

Que estemos más o menos satisfechos con nuestra adquisición depende en buena medida de las expectativas que tengamos sobre un producto.

Menos es más y valorar los puntos a favor y en contra de cada elección requiere que invirtamos una gran cantidad de tiempo y de recursos, y resulta poco eficaz.

Aunque, claro, tomar la primera decisión que se nos presenta tampoco parece funcionar. Y es que el proceso para tomar decisiones correctas no consiste en disponer de una gran cantidad de información, sino en descartar intuitivamente aquella que no necesitamos.

¿Me van entendiendo?...

En ocasiones ese funcionamiento parece poco confiable, por lo que hemos interiorizado la creencia de que más siempre es mejor.

Sin embargo, los experimentos demuestran que si tenemos menos información, las decisiones pueden ser mejores a medida que estas crecen. Elegir tiraniza y nos podemos volver esclavos de esto.Por esto, hace años, que no eligo nada, o prefiero no saber qué decisión tomar, sino me volvería loco!

Y es que, aunque parece lógico pensar que, cuantas más alternativas mejor, porque hay más posibilidades de que esté incluida la que más nos guste y que, por lo tanto, quedemos más satisfechos, lo cierto es que la mente humana, me parece que no funciona así.

Podemos asimilar una cantidad limitada de información, más nos volvería locos, nos colapsaría y nos agobia....

Por ése motivo para mucha de mi gente, dicen que soy un hueco total, pero lo que de verdad hago, y sé perfectamente, es elegir información y no tener la mas puta idea de qué o quién me dice algo que sé, colapsaría mi chip...
Lo mio ya no es cuestión de confianza...Es una cuestión de edad, claro, no tengo más lo 28 años, que tenía Darwin!!!!

Las razones que el padre de la evolución arguyó eran curiosas.

Por ejemplo, para desestimar casarse apuntó cosas como "quizás discutir", "menos tiempo para conversar con hombres inteligentes", "tener que hablar con la familia de ella", "no poder leer por las tardes" o "menos dinero para libros".
Y a favor, "hijos (si Dios quiere)" o "compañía constante y amistad en la vejez".

Tras revisar la lista, acabó concluyendo que si bien una boda supondría "cosas buenas para la salud de uno", era también "una pérdida terrible de tiempo".

Así es que decidió que lo mejor sería… ¡comprarse un perro!...

Por eso a pesar que me muero de ganas de tener a alguien que pueda estar predestinado en mi vida, ya estaré en ello, si Dios quiere, y por ahora, en cambio, lo que tengo, son las fuerzas que hay que tener, para criar a un chucho...

Sin embargo, lo que no podía sospechar Darwin era qué poco le iba a durar aquel convencimiento. Semanas, de hecho.

Su cerebro le iba a jugar una mala pasada. Al cruzarse, quizás por fortuna, quizás por poca fortuna, con su prima hermana , Darwin se enamoró perdidamente, a pesar de haber decidido concienzudamente que el matrimonio no iba con él.

Emma se convirtió en el gran amor de su vida y con ella tuvo nada menos que 10 hijos. Al cabo de los años, incluso escribió un libro en el que trató de explicar con ojos de científico tal misterio, el misterio del amor.

Lo que Darwin no estimó es que su cerebro tomaba decisiones por él sin que él pudiera remediarlo.
En el caso de Emma, había escogido ya mucho antes de que el naturalista inglés pudiera ni tan siquiera plantearse si su prima Emma le agradaba o no.

La frialdad con la que Darwin colocó los argumentos en una balanza era más superficial que real.
Y es que las decisiones, a diferencia de lo que se solía pensar hasta hace poco, no se rigen exclusivamente por las leyes de la razón y la lógica.

Muchas, la mayoría, son intuiciones que, sorprendentemente, se toman desde la subjetividad.
Sí, sí, lo han leído bien: nuestras decisiones por mucho que pensemos que son fruto de valoraciones concienzudas son en realidad intuiciones irracionales.

De hecho, todo acto consciente, por paradójico que nos resulte, es, en verdad, inconsciente.
Y eso es una gran noticia que ahora cuenta con una explicación neurocientífica.

Nuestras decisiones son irracionales...

Como voy recien por la pagina 237 de " LA METODOLOGIA DARWINIANA EN EL MARKETING"...
...(continuará)
Los seres humanos estamos predestinados a encontrar la otra parte que nos hace falta, en el amor?

Que es el predestinamiento? Dicen, que es como una especie de olor que emanamos, y que esta dirigido solamente a determinadas personas, una o como máximo tres...

Yo? la verdad, no lo se si lo encontré, porque vi una película, con J.LO., donde ambos eran el sueño de todo el mundo, a pesar de ser tan diferentes uno del otro...

A veces me acuerdo, de algunas cosas con mi ex, y sí teníamos el mismo olor, pero actuábamos de otra manera, veníamos de dos familias diferentes, la mía era de esas donde el romanticismo estaba hasta en un plato de fideos con aceite de oliva, y en la de mi ex, nunca me di cuenta de esas pequeñas cosas cotidianas que hacen que el corazón se estruje de emoción...

Yo quiero un tipo, como el de la película, y que cuando yo este mal, y mire el teléfono pensando que me encantaría que me llamara, para consolarme, en ése mismo momento, golpee la puerta porque lo presintió y vino...

Yo quiero un tipo, que no tenga miedo de lanzarse en pleno invierno a un lago, desde lo alto de una roca, para sentir ese vértigo que produce caer en el agua helada, y que a mi me den ganas también de quitarme toda la ropa, subir allí arriba y lanzarme para estar abrazados, y que aunque tiritemos de frío, nuestros cuerpos unidos, nos den calor...

Es lo que todos buscamos, no?
Y si es lo que todos buscamos, porque lo hacemos tan difícil?

Ay! las relaciones humanas!!! tan complejas, con tanto miedo de involucrarse y sin embargo, lo lindo que debe ser, que ambos tengan que sentir la obligación de protegerte, y de cuidar de tí, y saber que ni uno ni otro te haría jamas daño alguno...

en fin, aún no pierdo las esperanzas, esas cosas no se buscan afanosamente, creo y estoy convencido, que si es para uno, aparecen en el momento menos pensado y con la persona que tampoco creías que podría ser...

Pero para lograrlo, me tengo que ir de España, hay lazos que aun me atan, muchos, pero esa magia, si la tuve, ya pasó, y me gustaría volver a sentirla...
Pero tengo un miedo!!!!!