domingo, 18 de septiembre de 2011

Enojado con el mundo!!!!!...

Estoy desaparecido del blog, porque estoy enojado...

Enojado conmigo mismo, con el mundo, con la gente, con todo y con todos...

Estoy esclareciendo cosas, a recordarlas, a darme cuenta que no pude pedir perdón a quienes correpondia, solo a ésos, y por alguna razón no pude, y darme cuenta que desde el perdón uno siente como si indemnizase el alma, de las victimas de mi vida, y que como no pude asumir esa responsabilidad sobre mi pasado, no puedo sentirme ni vivo, ni bien...Si hasta siento que me lo merezco!!!!

Por eso estoy enojado, y me dura mucho, y el tiempo pasa, y no se como remediarlo...pero ésto sí sé, que no me lo merezco...

Es como la injusticia del dictado de algunas sentencias, que llegan a la médula del asunto, y cuando éstas son equivocadas, te duelen hasta los pelos del culo. Siempre duelen...

Entonces me doy cuenta que estoy enojado, y con razón, pero deseo y espero, que mi moral y mi paciencia tengan un límite, y me pase pronto...

No es mejor olvidar y seguir adelante?, pero se que soy de los que piensan que olvidar y perdonar son cosas diferentes.
Sólo puede haber justicia y, por lo tanto, perdón si no hay olvido.

Y allí entro en una tromba de sentimientos, que se desencuentran y no sé qué va primero, o cómo se manejan situaciones de éste estilo, cuando sólo puedes pedir perdón arrodillado sobre una lapida...

Y es aquí cuando se me crea un paradigma ético, filosófico y moral, donde juegan los mas primigenios sentimientos acumulados en mi vida, contradictorios, equivalentes y equidistante con mis afectos...

Un kilombo! Eso es lo que tengo en la cabeza...

Por eso prefiero, estar un poco desaparecido de aquí, aunque ustedes echen de menos mis escritos, pero hasta que no me aclare, no puedo, no tengo ganas, ni quiero hablar de nada...

Por ahora, estoy como los experimentos que hacíamos en el colegio de pequeños, donde dentro de un vaso poníamos un papel secante, algodón, semillas en las caras exteriores del vaso, echábamos agua cada tanto y apoyábamos los mentones en la mesa, esperando ver, cómo surgían las primeras raíces...