viernes, 14 de mayo de 2010

Recetita muy fácil y un comentario más abajo:

ESPAGUETTIS AL HORNO

Una forma diferente de disfrutar los espaguetis. Hacerlos al horno con panceta, jamón York, chorizo, quesos varios y mantequilla.

INGREDIENTES
• 1 paquete de spaghettis
• 250 grs. de panceta ( Bacon / tocino )
• 250 grs. de jamón York ( jamón cocido)
• 250 grs. de chorizo ( cualquier tipo)
• 1 paquete de queso amarillo
• 250 grs. de mantequilla
• Salsa de tomate (al gusto)
• 3 huevos crudos
• Sal, pimienta, orégano y ají molido dulce

PREPARACION

*Se hierven los espaguetis

*licuar la salsa de tomate

*Se fríe el chorizo primero, luego se le incorpora el Bacon (panceta/tocino)

*se le agrega el jamón.

*Una vez que estén listos estos ingredientes, se le agrega la salsa de tomate.

*se le echan los tres huevos y se mezcla todo, con su respectiva sal, oregano pimientita ( si te gusta) y el aji molido dulce

*En una fuente del tipo antiadherente para horno pones la mitad de la barra de Mantequilla

*luego le pones una capa de pasta y una capa de salsa, otra capa de pasta y otra capa de salsa.

*La última capa debe ser siempre de salsa.

*Se le agrega la otra mitad de mantequilla en cuadritos, esparciéndolos por toda la fuente.

*Se agregan las rebanadas de queso amarillo.

*Lo tapas y lo pones unos 5/15 minutos en el horno a fuego medio, hasta que cuaje el huevo

*Servir en el plato con queso blanco del tipo philadelphia (yo le pongo el de hierbas y a veces el de salmón)

Es bien rico, y una manera diferente de comer espaguetis y es de ésta receta que surgió la receta ancestral de mi familia, de tortilla de pasta, que básicamente es todo lo mismo, pero en vez de horno se fríe y se le da el mismo tratamiento que a las tortillas de patatas.


Ayer me preguntaron, que cómo me trataba el 2010, me sorprendió responder que “sin desgracias”…por ahora…
Y me reafirmé en la convicción de que soy un pesimista empedernido por naturaleza, de franco humor negro…
Y que me moriré,sin haber escrito nada decente,en este nuevo transcurso de mi vida. Lo intento, vaya si lo intento…

Pero además, me doy cuenta que siempre estoy a la expectativa de que algo vaya mal, porque al ser pesimista por naturaleza, y con sobrado motivos desde mi adolescencia, a la mañana si no me tomo “mi pastillita”, puedo descender al infierno del Dante…

Es un pesimismo sin base objetiva.
Cuestión de aminoácidos... Si no tomase cada mañana la pastillita... Por cierto, no me la he tomado aún...
¿Me permiten? …ya vengo…

Que qué pastilla tomo? Tomen nota:

Un antidepresivo de 150 MG ( dos por día); un ansiolítico; una que es para no estar ciclotímico; vitamina A; vitamina D6; Vitamina D3; Zinc, Hierro; Potasio; Magnesio; Calcio; Omeprazol ( protector del estómago); una que es para la protección de la corteza cerebra ( el Alzheimer, bah!)y una para los pedos…

Total= 14 pastillas, y 28 gotas de…ya ni sé de qué, Ah! sí, vitamina D3…

Yo me las tomo a todas juntas, ellas sabrán dónde deben dirigirse, a cada lugar, no?

Para mí la más importante, es la antidepresiva, porque me ayuda a paliar la angustia. Si dejase de tomarla, estaría fatal... Pero mantengo el sentido del humor sarcástico y negro, ¿eh?...Importante cosa.

Sólo me levanto plácido, tranquilo y feliz los días en que estoy de viaje, lejos...

Creo que es miedo a morir con dolores corporales, a envejecer mal...

¡Siempre lo he sentido, cargo ese peso desde niño! Mi médico cree que escribir me salva. Porqué no habré empezado mucho antes, digo yo, porque antes de saber leer y escribir, dibujaba cositas y le pedía a mi padre, a mi mami, a la señora que estaba en casa ( doña Naty, se acuerdan?) que escribiera en los costados de los periódicos, lo que yo le dictaba.
Cuando aprendí, disfruté muchísimo haciéndolo solo. Era ya como montar obras de teatro...
Desde los 6 años, mi mamá supo que escribiría. Se lo había dicho un manosanta, que me acuerdo fuimos a ( lo supe después eso) un barrio lejísimos, se llama José C. Paz, en un tren a vapor, qué tren-qué tren-qué tren…
Llegaba allí, a la estación, y nos esperaban varias carretas, a los que íbamos a verle, y cuando hacíamos fila, "el manosanta" había salido a ver a la gente, y se detuvo donde estaba mi madre, mi tía, mi prima Vicky, doña Naty ( que era la que sabía de esas cosas) y nos hizo entrar con él…

Aún siento su mano en mi cabeza, y en su trance diciéndole a mi madre…"será un gran escritor, pero no de publicar y ser famoso, eso nó"...
Y hoy me cago en él, porque ¡eso era demasiado importante, y yo era un niño de barrio!...no hay que joderse?

Luego, llegó al teatro…
Desde los 17 años ( en el Piccolo di Milano, con Giorgio Strehler de "profe") durante un año y luego por un par de añitos, estudié arte escénico, en Buenos Aires, ¡y me encantaba! Y a los 20 años me tuve que poner a trabajar, para ayudar en la economía de casa, y me puse como un loco, era mi pasión...la estaba abandonando, porque era o irme de mi casa, y vivir a té con cracker solas, dedicarme al teatro y a la prostitución masculina, o ayudar a mi familia…
Cuestión que soy un artista auto-reprimido…

Habíamos actuado en la cárcel de Caseros, para los presos, una obra de Chejov, fuimos a asilos de ancianos, con una obra de Pirandello y hasta a asilos de niños, con obras de Perrault…

Trabajé en televisión, con una actriz, que estaba de moda por entonces, Laura Bove , se llama y que era otra profe mía; e hicimos obras de teatro, dentro del teatro, de la sala Mater Admirabilis, de la monísima calle Arroyo, y dos actuaciones en televisión, en un ciclo "Teatro como en el teatr" en el que trabajaba ella también, y un capocómico argentino, llamado Darío Vittori…y fué por ese entonces que supe ¡y entendí de qué era lo que debía escribir!...¡Del barrio!...

De un chico de barrio; gay; una familia un poco loca; dos hermanos mayores, de quienes tuve que aprender a defenderme; de mis vecinos, de los olores a jazmín…

Y acá me tienen, escribiendo mi historia, antes que me la olvide, los primeros post, los leyó un amigo mío, y una amiga y luego de comentarlos, yo les dije:
"¡Pero si es malísimo!".
"¡Eso no lo digas nunca!" me soltó mi amiga, y me riñó.
Sensato consejo.

Aún discrepo: estamos rodeados de engreídos.
Yo más bien creo que moriré sin haber escrito una sola cosa decente…y entonces me pregunto ¿No soy muy severo consigo mismo? Pero creo que la mayoría de la gente hace mal su trabajo: el 75% de los periodistas son malos, el 75% de los médicos son malos, el 75% de los actores son malos, el 75% de los escritores son malos.
Sí: ¡qué pretencioso, ridículo e idiota sería pensar que estoy en el otro 25%!

Veo a muchas personas, convencidas de haber escrito cosas maravillosas... Y me río mucho.

Cuando estrené en la televisión, lo primero que hice, se llamaba “la maestrita”, al acabar, me hicieron subir al escenario: empecé a hablar... y rompí a llorar como una criatura... Qué vergüenza... Me dieron palos, pero Darío Vittori me hizo una crítica preciosa.

Debe ser por eso que traté casi siempre con grandes personas de distinguidas y con familias ídem, quienes me trataron con delicadeza, llaneza y cordialidad…

Hubo de toda índole, severos, que no dejaban títere con cabeza. Pero, querían que fuese a contarle chismes farandulescos…

De Heidy Crilla, una de mis maestras, puedo decir que costaba mucho llegar a ella, pero si llegabas te contaba intimidades. Era firme y reía mucho. Qué mujer tan interesante y seductora.

De Agustín Alezzo, otro gran maestro mío, que era inteligente, autodidacta, de joven lo leyó todo. Luego sólo leía para documentar sus obras de teatro. Qué divertido era estar con él... Cuando veía periodistas, adoptaba su pose intelectual.
"El día en que no hagas teatro impostado, ¡harás buen teatro!", me reñía…
Y no me hacía caso: ¡nadie me ha hecho caso nunca, ja, ja...!

Pos sí, la televisión, ha creado un universo de culebrones autóctonos, dignos de los mejores "Oscar"...

Luego la guerra, la dictadura…
La viví de un modo raro, porque creía que conspiraba en círculos intelectuales desde un indocumentado izquierdismo...

Si mi vida fuese una obra teatral, ¿saben cómo la titularía?

Imbécil, ¿por qué estás triste, teniendo mucho más de lo que soñaste?

Por eso creo que conversar conmigo es entretenido: aprieto los párpados, me cubro la frente con una mano y, extraigo del pozo de recuerdos, frases que hablan de alguien que a veces, se siente muy poca cosa y que, a la vez, no puedo dejar de crear, asombrarme y darle vueltas a todo.

Soy un escéptico con empuje, perplejo con curiosidad, y pesimista con entusiasmo.
Sé también que fallo como pesimista porque veo mi presente y futuro rutilantes…