Estas son aportaciones a quienes como mi primo Rocco, la están pasando mal, y son de acuerdo a mi experiencia propia.
Gracias JIM LIAO POR ESTE DIBUJO
Sé que no va a ser nada fácil despedirme de ese amor que siente
que se agotó, como cuando uno entierra a sus muertos marchitos y, te sientes
incontrolable, insolente, insoportable y, porque ya no sé si quiero seguir
mirando hacia adelante o qué.
Hoy sé que, de ése amor, no me
enamorare más.
No va a ser nada fácil, llevo muchos años arrastrando mi alma y mi
corazón vacíos y sé que, también necesito enterrar todo y descansar en paz.
Necesito descansar en paz, para soportar el miedo al vacío que
sentí de nuevo, por un amor imposible, una relación que no es tampoco una
relación de amor y, no sentir esa tristeza infinita y la rabia que me dará el
abandono, y no creer que he sido maltratado, porque ilusionado pensé y creí,
que ese amor sería para amarlo siempre.
A lo mejor, simplemente, es sentirse humillado por la derrota de
la realidad y, por el ego herido.
Talvez, uno se cree que está enfermo del otro y, está obsesionado
por esa relación imposible y es ahí cuando los sentimientos se confunden.
Aunque tengamos la voluntad, nos cuesta tolerar que las cosas no
salgan de acuerdo a lo planeado, o quedamos atragantados con tantas palabras y
sentimientos que nunca lograron ser expresados.
Orgullosos, nos es difícil soportar que, el otro viva feliz sin
nosotros, menos aún, aceptar que tal vez desaparecimos de su vida sin dejar
rastro, o que se quiere olvidar de nosotros, porque sabe que no habrá otro
igual...
También puede ser un exceso de lealtad a una historia vivida con
intensidad o simple rebeldía frente a una pérdida lamentable, o una forma
particular de hacerle un homenaje a quien se quedó con nuestras ilusiones.
Suele suceder que, el temor incontrolable a la incertidumbre que
provocan todas las pérdidas, de cualquier índole, se deban a las profundas
añoranzas de los momentos de felicidad que se tuvieron, y a todos los sueños y
expectativas que esos momentos felices nos han hecho soñar y, que de repente de
un día para el otro, se desmoronan como un castillo de naipes, soplados por el
hartazgo.
También, puede ser, que sean los gritos que nos hemos callado por
traumas de la infancia, los mismos que debemos haber deleteado de la memoria.
¡Yo qué sé!
Es entonces cuando surgen las preguntas:
¿Cómo se logra deletear, a alguien a quien amaste, que diste lo
mejor de ti, pero que te ha herido de la manera más estúpida?
¿Cómo se logra, borrar esa huella, incrustada en el corazón, como
la de Neil Armstrong en la luna?
¿Cómo se hace, eso tan popular, que un clavo quita a otro?
¡MENTIRAS!
Eso no lo sabe nadie, no lo sé aconsejar, es individual en cada
uno, y lo que te cuenten los que lo han vivido será desde la experiencia de esa
persona, no de la tuya…
Tú, déjate llevar, que el tiempo te muestre el camino.
¡NO HAY OTRO MODO!!!
TODOS LOS DUELOS tienen su tiempo y, es bueno entender
algún día
que ha sido la devoción, o el calentorro lo que ha mantenido vivo
ese amor ausente.
Estoy convencido que el secreto, es darse por vencido, y recién
allí uno podrá salir de la telaraña del laberintico recoveco del corazón.
Dejar de machacarnos y de retirarnos hacia otros caminos, del tipo
que sean, para que se termine la pasión que desde hacía tiempo solo habitaba en
la fantasía del amor que, se creyó, que fué.
Aprender de una vez, que se perdió la batalla, que no vale la pena
seguir intentándolo, uniendo las ganas de dejar de sentirnos miserables, abrir
la puerta y dejar que la tristeza salga a hacer su ruta.
La tristeza, esa misma, que fue nuestra compañera de viaje, de
pesadillas, de tormentos, inseguridades, celos, torturas, que fue la única compañía
fiel en el largo viaje por la soledad.
Esa soledad que nos tuvo sumergidos y congelados y, regresemos del
sueño que no nos permitió ver que, a lo mejor, solo si estamos preparados y
queremos, para despertar y ver que existen o existirán otros fuegos que nos
entibien el alma, mientras estábamos dando vueltas una y otra vez, como las
madres, de esas naciones, donde se echan tierra sobre sus cabezas, en señal de
dolor…
¡YO LO PASE!!!
Estuve encerrado y no dejaba que me ayudaran, saliendo al exterior
con la cara desfigurada de tanto llanto. Caminaba, pero me sentía paralizado.
Era la excusa perfecta para no comprometerme a salir del pozo,
¡SE QUE NO QUIERO MAS DE
ESO!!!!
Y A LO MEJOR ES EL PRECIO
QUE ESTOY PAGANDO…
NO
ME QUEJO…
Por eso comprendí que, las personas están mucho tiempo perdiendo
energías para esconder un corazón roto, se convierten en un escudo de titanio y,
que muchas veces perdemos nuestra capacidad de amar, y deberíamos hacerlo
enormemente, abriendo una puerta tras otra, sin miedo, sin pensar qué habrá
detrás, total, sabemos que solo habrán nuevas presencias, o nó.
¿Quién lo sabe?
PERO OJO:
si nos acostumbramos eternamente al padecimiento, al lamento, al dolor,
eso nos distraerá fácilmente y se volverá costumbre.
Todo tiene un límite, y como bien se dice en estas tierras,
¡HASTA AQUÍ HEMOS LLEGAO!
¡HASTA AQUÍ HEMOS LLEGAO!
TODO TIENE UN LIMITE
Para el llanto,
Para la espera,
Para limpiarnos el rostro de lágrimas,
Y será allí cuando sequemos las últimas que nos queden, obtendremos
la calma.
Cuando todo eso haya pasado, plantémonos frente al espejo y
digámonos a nosotros mismos:
“Ya basta, cariño mio,
basta de vivir agonizando, ¡sepultemos las ilusiones sin destino y plantemos
nuevas flores con tierra fresca!” ...
Y de allí el título que significa:
” Y a la tierra
volverás”
Dibujo de JIM LIAO