miércoles, 8 de septiembre de 2010

Me aterra el suicidio...
Aunque ha fascinado a muchos creadores.
Nuestro suicidio como especie, el ecológico, es el que más me preocupa

Muchos creen en el derecho al suicidio...

Otros más grandes hablan por mí: Hegel lo define como "la última soberanía del yo" y Jaspers como "la última libertad de la vida"; Rousseau concluye: "Cuando la vida es un mal para uno y no es un bien para nadie, está permitido librarse de ella"

Pero el que nos estamos infringiendo, desde una bolsa de plástico de supermercado , hasta una pila alcalina, es realmente monstruoso.

Hace unos días leí un articulo, que en el océano atlántico, existe una isla gigantesca del tamaño de Groenlandia, con restos de plásticos, y mierdas varias arrastradas por la corriente del golfo, y estamos de ese modo suicidando especies que van desapareciendo poco a poco...

Que derecho tenemos????

Ese es el futuro que dejamos a las generaciones que nos precederán?...por eso hablo y digo lo que digo en el post anterior!!!!

Una de las cosas que he aprendido durante estos años es que no hay nadie más sordo que un directivo con éxito... conseguido a que costo? A esos justamente, a cagarse en la humanidad y seguir impune...

no es necesario irnos tan lejos, sino veamos al hombre mas poderoso del mundo que rigió los destinos de la humanidad por 8 años!

George Bush, Aznar, Blair, Berlusconi, Cristina de Kirchner, Chavez, etc, etc...

Poco tiempo , para enriquecerse ilícitamente, y que el follón lo arreglen los que vengan después, y así es un carrusel, que nunca se para...

Una de las cosas que he aprendido durante estos años es que no hay nadie más sordo que un directivo con éxito... y si encima ese directivo, se convierte en presidente de una nación, estamos cagados, porque buscara el máximo beneficio, con la menor eficacia...

Cosas de empresarios inescrupulosos!!!!

cuánto éxito sería capaz de digerir este candidato a directivo? Ese empacho de éxito, tan pernicioso para quien carece de valores, es una constante en profesionales, empresarios, políticos...

El político, además de esa vanidad, tiene la necesidad de protegerse de un entorno de críticas feroces y a menudo infundadas.
Si son excesivas e injustas, en vez de mejorar al criticado, hacen que el político se proteja en su círculo de fieles, que filtran esas críticas o las neutralizan con halagos.
Y así acaba aislado de la realidad: es el "síndrome del sillón presidencial", padeciendo una especie de autismo autócrata. 
Y tan peligroso como el ego desatado.
Ahora mismo, por ejemplo, un nuevo gobierno entrante pagaría los errores económicos del anterior. 

Siempre es así a no ser que un político que sea un auténtico estadista haya asumido el coste en votos de tomar las decisiones más dolorosas, pero también más necesarias. 

Perder él para que gane el país. Hay más ruido que razones en esas impresiones generalizadas.

Y eso sólo es posible si ese líder tiene valores más allá de la apariencia de éxito momentáneo. Y aquí y en todo el mundo, debo decir con dolor que, hoy son cortoplacistas: carecemos en general de valores. Y sin valores no hay posibilidad de progreso real. 

Ya hace años que yo diría que aquí los malos siempre ganan. 

Ese es el espejismo del corto plazo: el líder perverso da la impresión de ganar al principio, porque actuar sin ningún escrúpulo puede rendir un éxito, al menos momentáneo, que incluso puede parecer que lava sus culpas, pero a la larga siempre pierde. 

Pierde, pero se aferra a la poltrona. 

Porque precisamente por su carencia de valores no tiene nada más.
En cambio, los líderes capaces de sacrificar su éxito por el bien colectivo tienen otras cosas además de su sillón: equilibrio interior, valores, amigos, aficiones, metas, inquietudes personales... Mandar en un momento determinado es para ellos accesorio: no son sólo su cargo. 

No elijas a ningún directivo que necesite desesperadamente ser directivo. 

Porque sin valores hará cualquier cosa por seguir mandando y cobrando, y eso explica muchos casos de corrupción.
Y ahí tenemos que ser tajantes: ¿saben por qué los países más corruptos son también los más pobres? 
Y viceversa. 

Pues porque la corrupción hace que nadie se fíe de nadie y esa falta generalizada de confianza encarece los costes de : dificulta comprar, vender, conseguir un permiso de forma ágil y transparente... Que los partidos políticos cobren mordidas tampoco crea mucha confianza. 

Cualquier transacción debe ser fácil y barata porque la sociedad respeta unos valores y así todas las partes se fían: esa confianza - que permite desde vender una moto hasta grandes inversiones en infraestructuras-es la gran engrasadora de todo el sistema económico y crea por sí sola prosperidad. 

Es más fiable y por ello más rica Suiza sin petróleo que la petrolera Nigeria.

Y por eso las sociedades con valores son más honradas, por lo tanto, más eficientes y prósperas. Los valores espirituales generan riqueza material. Finlandia, por ejemplo, está impregnada de valores luteranos, que hacen prioritaria la educación y con ella el esfuerzo y el mérito, y no son sólo para los creyentes, sino para todos. 

Contra la desocupación, pues, mucha honradez. 

Ese es el principio. 
 
Lei un libro con colección de respuestas de ex poderosos a la pregunta: ¿qué pasa el día siguiente de dejar el cargo? Y cito la que brindó Ronald Reagan con un deje melancólico: "Que no suenan los teléfonos".
Lo bueno - supongo- es que así te ahorras hablar con quien no sabe distinguir el cargo de la persona.