jueves, 8 de diciembre de 2011

Hablemos de Humanidad...He vuelto!

Hubo que poner la pistola cargada sobre la mesa, antes de que la infección contamine a otros y dijo que el plan no tiene precedentes a nivel mundial, luego de varias reuniones extraordinarias que siempre acababan sólo con buenas palabras...

Entonces la gente comienza a comprender que el poder puede transferirse , pero no la autoridad, es decir que en el mundo, hoy en día, estamos regidos por un sistema de poder, real, privado, e indivisible...

Y me viene a la cabeza cuando vi por la televisión un reportaje que le hacian a un árabe inmigrante, que relataba su detención.

Rebobino mi memoria y recuerdo cómo ésa persona revivía una y otra vez, en su cabeza, atrapada en ese bucle que se le ha tragado la vida, y repetía,

...“Aquí, aquí, que es una democracia” !, clamaba el inocente.
...”Aquí, hablan de injusticias que pasan por ahí, en el tercer o cuarto mundo, en países que están lejos, pero aquí no hay justicia para los pobres. Y antes de señalar fuera, uno tiene que limpiar la mierda de su propia casa”...mientras negaba con la cabeza y se encogía de hombros...

Fué uno de los primeros desalojos que mostraban por televisión, porque en esa familia se habían quedado todos desempleados, y no podían seguir pagando la hipoteca de una casa,comprada con tanto sacrificio y esperanza...
Una familia, que fue traída con sus ahorros de 18 horas de trabajo, primero a la esposa que añoraba, luego a dos hijos, y finalmente a su propia madre...

El importantísimo banco, no quería re-negociar y fue uno de los mas sonados y pioneros casos de injusticia social, en Europa...

La de una Europa indigna, que ya estaba vieja, mórbida, cansada, y estaba sentada en un sofá, viendo como se destruía lo que había logrado con tantos milenios de lucha, desde los tiempos de Nerón...

Y por consiguiente no puedo dejar de pensar y reflexionar sobre el humanismo...

El humanismo quiere decir lo mismo en cualquier época de la historia.

Carlomagno le dio un empuje inestimable en los siglos VIII-IX; los literatos provenzales, italianos y franceses le dieron otro en el siglo XII, Petrarca y los otros humanistas italianos se lo dieron en los siglos XIV y XV, los philosophes se lo dieron en el siglo XVIII, y los grandes intelectuales del siglo XX –hoy cada vez más raros— se lo dieron en aquel siglo tan bárbaro.

El humanismo no es ninguna utopía; sólo es una especie de meta-cronía que encuentra su momento feliz de vez en cuando, cada dos o tres siglos, y por períodos de tiempo más o menos efímeros.

Queda siempre un lastre, una sazón de los logros de todo período en el que el humanismo ha sido algo valorado; y sobre esos restos, que no creo que vayan a desaparecer nunca —vea usted qué éxito tuvo la película Troya, y qué éxitos cosecha el equipo de fútbol llamado Ájax— pueden edificarse todavía muchas cosas cargadas de sabiduría, de humanidad y de civismo.

No cabe duda de que en estos momentos las humanidades están muy desprestigiadas, pero el humanismo y los clásicos siempre vuelven.

Es cuestión de esperar y, mientras tanto, no bajar la guardia a pesar de todos los atropellos de los gobiernos neo-liberales

La peor consecuencia de formar profesionales en las ramas más especializadas imaginables y no hombres, en el sentido pleno de la palabra, acarreará una merma de los fundamentos mismos de la democracia: no se puede edificar una democracia sólida, ni aquí ni en ninguna parte, sin una población soberana desde el punto de vista intelectual.

Las facultades técnicas y científicas darán al mercado todo lo que éste necesita para perpetuar el espejismo del Progreso, pero las facultades humanísticas ya no van a generar, de momento, aquellos antiguos profesores con una vastísima cultura, que eran los que señalaban la verdadera salud del cuerpo social y político.

La educación, a todos sus niveles, necesita un giro radical!!

En la empresa privada, por ejemplo, deberían subir los mejores y quedar arrinconados los inútiles. Eso sucede incluso en las facultades técnicas y científicas: si no resuelves un logaritmo, te suspenden, y se acabó la discusión.

Pero en las de ciencias sociales y humanidades –filología, filosofía, historia, sociología, psicología, etcétera— cualquiera puede acabar la carrera aunque no sepa prácticamente nada ni haya leído un solo libro de arriba abajo: esto es un hecho.

Luego estos profesionales recalan, en su mayor parte, en la enseñanza: de aquí que los Institutos de Enseñanza Media estén llenos de excelentes profesores, cargados de buena fe, de virtud y de saber, pero también llenos de paseantes, indolentes y amigos del funcionariado, una de las grandes lacras tanto de la enseñanza media como de la enseñanza superior...

Y hecha una reseña de lo que considero que es el arte del humanismo, puedo y debo decir que la moral no es democrática.

Hoy nos falta fortaleza. Los jóvenes son flojos: se hunden ante una mala nota, aumentan las depresiones... ¡Qué poca resistencia! Y se dejan arrastrar por un placer sexual inmediato, pasajero, superficial, irresponsable, un gozar mal entendido...

¿Qué gozo es benéfico y cuál lesivo?
Si fundas tu felicidad en mera diversión, en placer pasajero, este goce desequilibra. Sí hay una felicidad bienaventurada: la basada en la seguridad de tu ser, en tu identidad.
Pero la paz verdadera está en la otra vida...

Entre tanto, aquí... ¿qué?
Aquí, la paz es la tranquilidad en el orden. El hombre es un ser desordenado: conviene echarle orden a la convivencia...

¿Cómo?
Con respeto a los derechos y los deberes del hombre, y con justicia. Las desigualdades provocan conflictos, amenazan la paz. Por eso justicia y paz son inseparables.