martes, 27 de abril de 2010

Luces, cámara…exposición…de cómo los accidentes en la vida, nos construye a base de fuerza y curiosidad; de saber navegar a favor de la vida, asi que hago éstas reflexiones…

A veces es mejor estar solo, que mal acompañado, y para poder saber y estar solo, es necesario tener alma de superviviente.
Es como el azar.
Si uno se va de su país, navega siguiendo la corriente, y las cosas suceden. Como ahora, que escribo, y no hago otra cosa, que escribir, y en mis relatos, cuento a mi manera, historias de inmigrantes, exiliados, auto-huidos, políticos o anónimos…

Cada uno de ellos, tiene una vida, que puede ser sinuosa, especial o llena de aventuras, y a veces me pregunto si es lo que de verdad me gusta contar…Aun no lo sé…

Y si para comenzar, sabemos, que en ibero-América, la gente sufre hambre, y opresión moral, política, espiritual; una vergüenza para la humanidad!!!...

Pero convengamos, que la vida de los exiliados, de los clandestinos, y sus problemas existenciales, muy parecidos a los míos, además, provocan una cierta manera de confusión mental, con todas las lenguas que uno escucha a su paso, mas las que uno sabe o tiene.

Encima, a medida que uno ve pasar los días, se les van mezclando, o vuelves a la que mas te hizo sentir cómodo en tu vida, antes de irte de algún lugar…

Otro gran problema del desarraigo, es que el emigrante corta son su familia, y la va reconstruyendo mentalmente, y en su mente, vive mejor en ése mundo que imagina han sido, son y serán las cosas de su raigambre, por eso suele suceder que cuando regresa a su tierra, como decía la canción, sienten que “ no soy de aquí, ni soy de allá”…

Lo bueno, es que, en general, los seres humanos, olvidamos las cosas malas, porque hay que continuar viviendo, y es el pensamiento que organiza nuestras vidas, hacia la dirección que queremos, o pretendemos querer, formando una personalidad, que no suele ser de tanto calado, como suele creerse, porque el inmigrante, necesita imaginar cosas inmediatas, para ya mismo, y es la clave de la supervivencia…

Si tengo dinero, salud y trabajo, me visto, pago el alquiler, como y tengo donde dormir.
Básico, sencillo, así de simple…

Y de repente yo me encuentro escribiendo, porque a mis sobrinos, cuando eran chicos, mis viejos, no les contaban cuentos de Blancanieves o del príncipe y la princesa, que se casaron y comieron perdices, sino, las historias de sus historias, que fueron siempre, motivos de búsquedas y de arraigos…

Y como yo fui tío por primera vez, a los 14 años, también compartía ésas historias, que me dejaban con la boca abierta y descubriendo cosas que antes, ni idea tenía.

Por eso, en la edad que tengo ahora, se me ocurrió un 11 de Diciembre del año pasado, ya ni me acuerdo del porqué, en poner un poco de orden en esos relatos y acá me tienen, novelándolos, combinándolos, y como (creo) dije en su momento, serán el legado que dejaré a mis descendientes, que serán los hijos e hijas de mis sobrinos, y que ya hay como para que, además los comprendan…

Qué increíble, ser tío abuelo!!!!

De nuevo el azar!...Si uno empieza a repasar su vida, se dará cuenta que todo es una sucesión de accidentes, entre los que uno aprende a navegar, entre aguas plácidas, tormentosas, succionadoras, y vientos…Como si de repente y de la nada, estas en un velero, y ves venir hacia ti, una tormenta que te descompone la vida que tenías armada y entonces te ves en la imperiosa necesidad de, estando sólo con tu alma, tu mundo, tu vida y tu mente, tienes que aprender a desarrollar capacidades que creías no tener, y es por eso que se ve a tanto inmigrante solo, es imposible resistir los embates que la tormenta te depara, si estas mal acompañado…

Además, es una manera de aprender más sobre la psicología de uno mismo, ya que existe la obligación de comprender lo complejo, que es vivir sin apoyo de ninguna especie…
Así, es que vencemos el miedo, porque la presencia del otro, siempre es una obligación y hasta una amenaza …

Sin dudarlo, es mejor buscar la felicidad o ser infeliz solo, que en pareja, y que además, a quien quieras en ese momento, de rebote tenga que padecer los momentos azarosos.