lunes, 12 de junio de 2017

NO HE DESAPARECIDO, ESTOY MEDITANDO



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Asi es, como dice QUINO




Aquí estoy no me he perdido, simplemente, es que estoy enfadado conmigo mismo, por eso no escribo.

Tengo miles de cosas escritas, en mi libreta y no quiero tener razones para enfadarme, aunque tengo muchas.

¡Pues nó!!!! (por ahora)

Creo que estoy dejando de lado, poco a poco, de darle importancia a la pena. Todo ha sido como fué y no de otra manera y, mis relaciones con esas maneras, son como son.

Así que ahora le estoy dando vueltas y voy a ser yo quien apueste por dejar de sufrir, con esas razones de mierda, que me motivaban la pena…

Ese enfado proviene, porque me gustaría escribir confesiones perturbadoras, las que lastimaron lo más hondo y podrido de mi alma.

Será algo que confesaré en este blog, no sé si en breve o tal vez, sea el broche definitivo, donde cuente los daños morales que he sufrido con mi familia colateral, la que está allá, a quince mil kilómetros…

Un broche final, en los que los relatos sean hasta el último rastro de mis recuerdos, tan vívidos que me provocan llagas en las pesadillas, que me despiertan por las noches, no todas, sino estaría mal de la cabeza.

Todos, y, siempre, recordamos las partes del pasado y creemos, que eso nos permitirá afrontar un futuro mejor.
Más saludable.

Mi memoria, gracias a todos los dioses, aún no está averiada y estoy harto de mentirme a mí mismo, como decía Dostoievski.

Además sé que, cuando lo haga, lloraré y sufriré tanto escribiéndolo, que la voz me quedara ronca como la de Marlene Dietrich, el andar desgarbado como el de Woody Allen y la mirada inquisitiva como la de un jodido fiscal judicial.


Por ese motivo estoy, que sí…que nó…

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Dibujo de Edward Gorey