jueves, 23 de junio de 2011

Somos menos cultos y más manipulables...

Sé que a muchos no les gustarán, las reflexiones que he estado elucubrando, con el tema de los indignados de todo el mundo, y sobre todo a los que tienen el poder social, moral, económico o político, para influenciar en las tomas de decisiones.

La sociedad en su conjunto, y sobre todo los de la generación “geek”, y por catarsis los que les rodean, estan dándose cuenta que por ser menos cultos ya han sido manipulados bastante...

Pero si observamos, que las nuevas generaciones buscan más la fama que no la grandeza, quieren antes la aclamación que el reconocimiento, y construyen pequeñas sociedades auto suficientes a través del teléfono móvil, el Chat y Facebook, todas ellas manipulan la vida social y política en un sentido global.

Todo ello sigue una ley de la historia presente, según la cual, el pasado es algo desacreditado y toda hipótesis de futuro resulta una probabilidad en la cual es mejor no pensar...
Es hora de involucrarse...Inteligentemente...

Es por esto que si comprendemos que la misma, nunca lo fue, salvo que entendamos, y esto es algo cierto, que hay otras formas de cultura enormemente importantes en la configuración de toda sociedad: admiro a las personas que, en algún lugar recóndito del país, estudian el folclore, elaboran mapas de las variaciones geográficas, o desarrollan actividades vinculadas a las formas ancestrales de las costumbres de los pueblos, o forjan hierro, o cuidan cultivos...

Es decir, admiro también, a los que estan en contacto con la tierra, ya que la tierra, es el contacto con los orígenes, las raíces y con lo ancestral...Con lo cual, estoy diciendo que no es necesario ser un culto de élite...

Eso sí: una sociedad no puede prescindir de una élite culta, y las élites cultas de los países occidentales son hoy mucho menos cultas que hace, pongamos por caso, cincuenta o cien años.

Poseer cultura (de la alta, se entiende) está hoy completamente desacreditado: parece una superchería y un acto de soberbia.
Los que están muy acreditados son los futbolistas y las caras escandalosas de la televisión de siempre, sino, ustedes ya me dirán...

Como he dicho, hoy se cierne sobre todas las capas de la sociedad una enorme sospecha acerca de lo que sea un sabio, un gran profesor o un erudito. Si los privilegiados que han podido realizar estudios superiores poseen ya tan sólo una vaga cultura, homologable con la de las capas media y baja de la sociedad, entonces toda la sociedad acusa este declive y se degrada.

Si un hijo no recibe explicaciones claras y distintas de sus padres o de sus profesores acerca de las opciones que tiene en el momento de emitir su voto electoral, es muy probable que no vote, o que vote a cualquiera que le parece más guapo que los demás, o que es anti-algo.

Eso es también una consecuencia de la llamada “Operación Triunfo” o de “Gran Hermano” programas televisivos, que disponen de una cadena para ellos solamente, que emiten cada día esta indecencia durante veinticuatro horas, entonces es muy probable que la gente tienda a imitar esas formas de vida y esos comportamientos.

Sólo el ejercicio severo y tenaz de la inteligencia evitaría que esas barbaridades se propagaran por todo el cuerpo social, pervirtiendo los fundamentos, no sólo del civismo, sino también de la moral y de la política.

Contra todo eso sólo cabe una solución: Indignémonos, y pidamos educación y más educación.
No me cansaré de repetirlo.

Esta sí es una inversión segura, pero a largo plazo: por esto ningún gobierno ha abordado en el planeta, en los últimos treinta y cinco años, una reforma sensata de la educación.

Es aquí donde me pregunto, qué responsabilidad tiene en este fenómeno el uso de las nuevas tecnologías, acerca del beneficio o el perjuicio que puede significar la entrada indiscriminada de las nuevas tecnologías en las aulas, y en otros muchos asuntos, la enseñanza, que ha tomado la forma elemental del amor a los negocios, el consumo, la acumulación de bienes, la ilusión de "bienestar" y, algo nuevo, una mentalidad y una cultura cotidianas derivadas de las formas actuales del ocio y de las nuevas tecnologías.

La mayoría de los asesores a políticos, coinciden en que las nuevas tecnologías, siendo como son, utilísimas en muchas ramas del saber, de la técnica, de la ciencia y de otras cosas, resultan un instrumento engañoso e ineficaz en el caso de la educación.

Me explico: esas nuevas tecnologías (y quizás la técnica en general, incluido el microondas o el minipimer) han acostumbrado a la humanidad a resolver de un modo inmediato labores que antes se realizaban gracias a procesos mucho más humanizados: es mejor una mayonesa hecha a mano, que con el uso de una máquina.

La inmediatez y la no-discriminación de la información que procede de Internet, por ejemplo, convierte a cualquier persona, y aún más a un niño o a un adolescente, en señor de un reino puramente virtual.
En el fondo, los convierte tanto en amos de algo como en esclavos de lo mismo, porque ya sabemos hasta qué punto la gente joven depende de estos elementos y se comunica mediante ellos de una manera peregrina, paupérrima y falta de la elocuencia más elemental.

Y algo más. Las nuevas tecnologías se presentan a la civilización juvenil (pues los jóvenes neo-tecnológicos han forjado, hoy, tanto una nueva cultura como una nueva "mentalidad", como una nueva civilización) como un divertimento.

Los profesores que asisten a esas reuniones de asesoramiento a los ministros que he dicho antes, coinciden todos en que, la educación es un proceso lento, mediatizado, esforzado, que no puede jugar con las mismas armas que la cultura del ocio, porque entonces no saldrán de las escuelas personas educadas sino amigos de la diversión.
Creo que eso es lo que está sucediendo.

Y espero que los movimientos a nivel mundial que estan alcanzando “los indignados”, también pidan estas reformas, tan necesarias, para avalar lo que viene después...

Como pueden imaginar, los ministros no hicieron ningún caso, y de aquí a pocos años veremos a toda una generación de estudiantes de secundaria convertidos en una especie de autómatas mucho menos civilizados que el pato de Vaucanson, que era un pato mecánico que comía, digería y cagaba: naturalmente, ni hablaba ni pensaba.

Hace poco, alguien insinuó que íbamos hacia una civilización en la que el lenguaje de la imagen sería soberano y suficiente. No hay que ser muy perspicaz ni muy exigente en la terminología para darse cuenta, de que esta aseveración contiene dos falacias: no hay civilización sin lenguaje, ni siquiera sin mitos, que están forjados en el elemento verbal; como no puede decirse, en modo alguno, que las imágenes sean más eficaces, para la educación, que las palabras.

Reivindicar el lugar y la dignidad de la palabra y el diálogo en la educación y en la construcción del civismo no tiene nada de novedoso: así se fundó el saber dialogal de Sócrates y Platón, así evolucionó la discusión acerca de los universales en la Edad Media, así se produjo el fabulosos desarrollo del saber durante el periodo del Humanismo, así y con este mismo elemento se elaboró la Encyclopédie Universale y también en el seno de la palabra surgieron Canetti, Sigmund Freud , Albert Einstein y fue éste quien alertó sobre la posibilidad, de que la palabra, es decir, el Verbo, desaparezca del horizonte de la educación y de muchas prácticas de la vida cotidiana de las actuales sociedades, pero cuesta imaginar que se produzca algún avance en el terreno del conocimiento si la palabra se funde como una vela ante el viento huracanado del progreso y de la técnica.

Hoy sopla un vendaval de estos temas, y me temo que va a costar mucho resituar a la educación, y al Verbo en el lugar que ocupó, en la civilización de Occidente, hubo otro filosofo también ( que no me acuerdo quién era) que alertaba de este fenómeno, y decía, con mucha gracia e ironía, que no tardaremos en sonarnos la nariz con las orejas.

A pesar de todo, estoy satisfecho con el inicio de estas revueltas/revoluciones, que están en un estado larval, y de todas estas iniciativas y manifestaciones.

De hecho, y espero que la de los “indignados” sea el embrión de las otras y de muchas actividades culturales que se desarrollan en estos momentos en Barcelona, Madrid, Valencia, Roma, Atenas, etc...

Por eso espero y es mi deseo, que estas "revoluciones", reúnan también, a lo más esplendido de la intelectualidad e inteligencia, profesores o no, y que no sea un mero movimiento de “zurdos”, como ya los están comenzando a denominar.
Si no aprovechamos esta oportunidad de unión mundial, entonces la sociedad actual, ira lentamente al declive...y desaparecerán como la espuma.

A mi juicio, es intelectual el sabio que posee, además de sabiduría, una ya rara forma de caridad, o de piedad, hacia sus conciudadanos; y esto es ahora algo muy infrecuente.

Hoy sé que he hecho una vida bastante discreta. En mi vida no he hecho otra cosa que leer, estudiar, conversar, ofrecerme y reír.
O sea que las cosas no van a cambiar mucho, sobre todo teniendo en cuenta mi situación de pre-jubilado.
Volveré a frecuentar a mis amigos mas queridos y a muchos otros, saludaré con cortesía a mis enemigos, como me enseñaron mis padres.
Voy a dar sólo lo que pueda y este a mi alcance...

Quizás ésta ha sido una de las razones por las que he escrito este blog: porque alguien debe sumarse a las voces de alarma ante una situación que es, en verdad, humillante y penosa.

Por ese motivo, en éste, mi blog, mezclo aspectos autobiográficos, con cosas de actualidad, porque como decía Voltaire, todos los géneros son buenos, salvo los aburridos...

Como no pretendo ser un santo, menos todavía cuando critico a impíos e infieles, presento todos mis defectos con absoluta sinceridad y humor auto-critico.

Con estos apuntes autobiográficos, entremetidos en el discurso general, el lector descansará, cocinará, pensara y se reirá...

Todo, menos aburrirse y todo menos creerse mejor que el resto de la humanidad o que el resto de la gente...