(Hemingway decía que había que escribir borracho.)
Cuando Dios creó el
mundo, no fue su preocupación que entendiéramos su comprensión.
Me di cuenta de ello a
los cincuenta años...
Los sabios decían claramente, que a los 50 (cincuenta) años,
se daba una suerte de juicio sobre la vida que uno había llevado, dado que una
cosa es lo que uno dice por allí y en lo que “realmente” ha sucedido hay una
separación y un hueco por rellenar.
Hasta cierta edad, ese hueco es grande. A los 50 años cuando
te das cuenta que TODO ES UNA MENTIRA, hay una tendencia natural a cerrarlo y a reconocerse
realmente, y con la excusa de la edad comienzas a decir y/o hacer cosas que
antes por pudor o “pour la gallerie”, no te atrevías. Yo ya los he pasado y aún
estoy en ello.
Este, ha
sido un año de mucho aprendizaje, muy complicadito.
Jodido,
chungo, pero contento de seguir vivo, de poder solucionar las cosas y muy feliz
de ‘entender’.
También,
creo que hay momentos en los que
(
dependiendo del grado de complicación) te haces consciente, y eso te permite
quedarte en paz con las cosas y tener una sensación de la vida muy libre y
diferente.
El muy
mierda, es un recorrido largo, en el que hay que saber aceptar lo bueno, lo
malo y lo feo.
¡QUE
PUTADA!!!!!!
Puede
sonar a pedante, pero intento construirme una casita con un tejado a dos aguas.
Por uno
de los lados caen los elogios (y resbalan mucho porque, si se acumulan, el
tejado se te cae un día y te hace mierda contra las baldosas); y por el otro
tejado caen las críticas y todo lo demás y, ahí estoy en el medio tratando (que
no es lo mismo que luchando) aprender lo que la vida me ha enseñado: como decia una conocida: Atento, Alerta y en guardia…
A estar
muy atento a mis cosas, ser responsable de lo que se avecina, dar más tiempo y
más cariño (y menos cosas) a la gente de mi alrededor. Ésa que me importa una mierda.
El puñetero reloj que marca el tiempo, pasa lento para el que
espera, y como un tren bala para el que es feliz.
Para mi gusto, muy largo para el que tiene miedo y muy lento
para el que espera justicia.
Me sigue sorprendiendo la lealtad de los perros. Pero lo que
más me sigue sorprendiendo es la infinita capacidad de estupidez que posee el
ser humano.
Se que podría irme a cualquier parte del planeta, pero aunque a veces me indigne, sigo pensando que
España es un buen lugar. Por otra parte, confieso que mi lado malvado siente
auténtica curiosidad por ver cómo termina este disparate de la independencia de
donde vivo.
Se vienen unos años un poco jodidos.
Dibujo de MINGOTE