lunes, 28 de junio de 2010

Apoyo mis codos en la piedra de este balcón, respiro hondo, cierro mis ojos, y mi mente me lleva a otro, al de mis abuelos, desde donde veo sus campos, sus huertos y mas allá, los brote del trigo, listos para ser cosechados, y en lo profundo del valle, los olivos con aceitunas negras como la noche, y a mi madre, con su pelo largo todo rulos, corriendo y tocando con ambas manos la punta de las espigas…

Está corriendo…libre…joven…radiante, en dirección al sol del poniente y repitiendo una y otra vez, la canción que su hermano Arturo, el más chico, le cantaba, para hacerla rabiar:
…Tisaaaaa…tiiiissseeeellaaaaaaa…jou! Jou!...

Mi mano se extiende en el horizonte, quiero acariciarle sus rulos, atraparla en el aire, pero no llego, ella corre y corre, y su melena negra, se llena de pequeñas espigas doradas, y su vestido blanco, vuela en la brisa del atardecer…

Vete tranquila, madre querida. No corras…
Allá están todos, esperándote en el horizonte, y en este campo por donde pasaron sarracenos, macedonios, nazis y tropas americanas, y su tierra te rinde tributo a tu valentía, a tu dulzura, y amor…

Se que ni los mil años que tenían los muros de tu casa, me alcanzarían para describirte, se también que pasarán los años, tal vez los siglos, y que este blog que inicié para contar tu historia y la de papá, alguien, alguna vez, lo desempolvará y leerá, como quien lee un cuento, pero vos y yo sabemos que exististe, que nuestra familia, se inició en tiempos donde se les hablaba a los dioses, y que espero sea continuada con los recuerdos de tus nietos, de tus bisnietos que te vieron y rieron contigo y tus historias, repetidas una y otra vez, de generación en generación…

Que sabrán que una mujer lo perdió todo y lo arriesgo todo por amor.
Por amor a un hombre gentil, amoroso, y sabio…Mi papá, quien como tú, tuvo una bonita manera de marcharse y que gracias al aprendizaje de todos mis años, me hubiera gustado poder reunir a todos alrededor de tu cama, y que te dieran la mano, te tocaran los pies, el corazón y que hubiéramos podido decirte:

Lo has hecho todo en la vida, eres una gran Dama, estamos muy orgullosos de ti, vete tranquila…