jueves, 22 de marzo de 2012

Uno de mis Roomies...

Soy poco adicto a los dulces, pero cuando me apetece doy gracias a Dios, que hayan negocios que vendan mierdas asquerosamente dulces y empalagosas.

Así que de repente, entras en una pastelería. Pides dos buñuelos gigantes de crema ( que aquí en Barcelona no tengo la mas puta idea cómo los llaman), con mucha crema.

..."Una para llevarme puesta en la boca, y la otra para comer en mi casa"...

Te hacen un paquetito con moño en la segunda y a la primera te la dan en una servilleta para que no te manches los dedos.

Pagas. Sales a la calle. Buscas un banco en el que sentarte. Dejas sobre él el buñuelo "para llevar" y el ejemplar del libro de Steve Jobs que te acaban de regalar, mas "La vanguardia", en catalán, obvio, que has comprado en el kiosco. Miras el buñuelo "para comer" con cara de deseo.
Te desabrochas los pantalones. Te separas los calzoncillos de modo que alcanzas a ver tu micropene dormido.
Te metes el buñuelo en los calzoncillos refrotándote la crema sobre tus partes. Tienes algo parecido a un orgasmo a pesar de que apenas se te ha puesto dura.

Antes de ir al trabajo te das un paseo por la calle para charlar con las putas.
Te gusta hacerlo.
Hablar con alguien que, en un momento dado, podría estar dispuesto a irse contigo a la cama aunque fuera cobrando, hace que te sientas vivo.

Y a fin de cuentas, lo del dinero es un detalle sin importancia, vivimos en una sociedad de mercado donde todo se compra y todo se vende.

Además, si son putas seguro que es porque en el fondo les gusta su oficio ya que, si no les gustara, siempre podrían vivir del cuento y el "chamuyo" ( hacer el cuento del tío).

Al verte aparecer las prostitutas se dan la vuelta como queriendo evitarte.
Piensas que todas esas zorras deberían ser deportardas a sus países de origen.

Un taxi te deja en la puerta de Caja de seguros "El siempre vivo".

Quién te iba a decir cuando tomabas sol en Filipinas dirías "en Catalunya el castellano es el idioma de las chachas", que terminarías trabajando en "El siempre vivo" , haciendo apostolado del más rancio españolismo.

Pero tú no estás allí por rancio españolista, sino por pseudo-intelectual, por polemista, por romper los huevos (esos huevos que ahora llevas embadurnados de crema pastelera) para decir lo que otros ni siquiera se atreven a pensar, y sobre todo, porque no sabes quedarte callado!!!!...

Hablas de sexo. Todo el tiempo. Por teléfono fijo, por móvil, por "uasap"...

A tu izquierda tienes a Alonso riéndote las gracias.

Te vienes arriba. ¿A quién no le gustaría comerse un coño de diecisiete o dieciocho años?
Todo el mundo sabe que, gracias a Zapatero, a esa edad las tías ya han aprendido a ser putas. Las cosas ya no son como antes, ahora los jóvenes tienen relaciones con catorce años mientras que, a esa edad tu ni siquiera te habías hecho una paja.

La jefa de personal te dice que estás enfermo pero a ti te pagan por hablar sin pelos en la lengua.

Llegas a casa y tu mujer te espera con cara de poker, porque te oyó mientras estaba en espera en el teléfono fijo, que "el matrimonio convierte el sexo en una obligación"...

No entiendes a qué vienen los reproches. De repente, sientes que los restos de buñuelo con mucha crema, se deslizan por la entrepierna de tu pantalón y asoman junto al zapato.
Con una patada te deshaces de ellos y los mandas bajo el aparador del salón.

Preguntas qué hay de comer y tu mujer te dice que si quieres comer algo tendrás que preparártelo tú mismo y que, además, esta noche dormirás en el sofá.

Piensas que es una cabrona pero que ya se le pasará, a fin de cuentas tu sigues siendo el mismo cerdo que eras, cuando ella te conoció y no debería llamarse a engaño.

Por aquel entonces ya firmabas con tus iniciales M.A. que tanto te recuerdan al ejército Bengalí. Y que te convirtió en un asesino serial de routers!!!!!!!

Crees que a la sociedad le sobra hipocresía y que si Hitler hubiera ganado la guerra todo el mundo reconocería el gran político que fue.
Te comes el segundo buñuelo y te rascas la entrepierna. Deconstruyendo a Sostres.

Éste es uno de mis roomies...( ya hablaré del otro...)