sábado, 5 de febrero de 2011

¿Prohibirán el cigarrito de después?

Tengo el corazón partío ( como dice la canción), con esto de la aprobación de la Ley anti tabaco.

Como buen fumador, no sé porqué misterios de la naturaleza, hasta hace poco lo pasaba fatal después del sexo porque sentía que mi cuerpo pedía el clásico “cigarrito de después”.

En cambio ahora, es como si después de un polvo, si nos toca alguien que no fume o sea ex-fumador, tuvieras que llevar contigo la burbuja plástica, para el puchito ( pitillo) del después, con el riesgo de morir infartado, porque ya que no nos arriesgamos, a que nos hagan un escándalo, en ves de “me enciendo un puchito”, lo mas lógico va a terminar siendo “echemos otro polvillo”, porque lo único que nos falta es que el gobierno se lo plantee y nos prohíba seriamente, si deben prohibir o no fumar en mi casa.
Aunque a este paso puede que lo haga...

A día de hoy, y aunque parezca una contradicción, aborrezco sobre todas las cosas la nicotina y el olor del humo en los demás, pero al fin y al cabo... ¿es mi repugnancia argumento suficiente frente al placer que sienten algunos cuando se encienden un cigarro después de un polvo?

Pesando sobre una balanza, lo mucho que les gusta (y recordando lo que me gusta a mí), creo que la prohibición podría entenderse como un coitus interruptus.

Y, por otro lado... ¿quién  no ha recurrido alguna vez al viejo truco de “tienes fuego” o “me das un cigarro” para ligar con alguien?

Creo que a las industrias tabaqueras se les debe un homenaje como genuinas rompedoras de hielo que vinieron a rescatarnos del caduco "¿estudias o trabajas?" y del remanido y cursi: "¿qué hace una persona como tú en un sitio como éste?".

De hecho, no seré yo quien se niegue desde ahora a seguir haciendo de estas prohibiciones, un pánico por fumar en la vía publica, y veo con alegria que los fumadores (que son gente divertida y enrollada) en la puerta de los bares, cagados de frío o de calor, pero allí, firmes con el pucho en la mano, recordándome cosas de mi adolescencia...

Hagamos memoria...

Yo empecé a fumar a los 16 años porque en aquella época no ligabas (curtias) lo mismo siendo fumador o no.
Al principio fingía que fumaba para tontear con el más golfo (atorrante) del instituto (qué le vamos a hacer, siempre me han gustado los malotes).

Nunca entendí muy bien el paralelismo, pero creo que algunos estaban convencidos que, si te fumabas un cigarrito con ellos, podías fumarte cualquier cosa que te metieran en la boca.

Así es que, un mal día empecé a tragarme el humo y comprobé que, después de encenderme tres pitillos, algunos me ofrecían confiados echarle unas caladitas a su mismísimo puro. 

Eso debió pensar Bill Clinton con el episodio del puro y la becaria. Si le metió o no le metió a Monica el habano por el sexo antes de fumarse un cigarro con sabor a coño, lo ignoro, pero ni Clinton se inventó ese juego ni será el último que se fume un puro con esa esperanza.

O al menos eso dicen algunos sibaritas, que aseguran que los buenos habanos se distinguen de los demás porque tienen impregnado el aroma de los muslos y de los coños de las cubanas, que los enrollan en sus piernas. 

Supongo que eso es lo que esperaría de mí un novio fumador que tuve cuando yo ya había dejado el tabaco y fumaba marihuana y que aprovechaba los viajes que hacíamos en los que él conducía para intentar adiestrarme en el difícil arte de enrollarle los pitillos.

Después de llenar de hebras de Jockey Club,la tapicería, perder 10 boquillas y romper 14 papelillos, una vez yendo a nuestra casa de la playa, me reprendió, con su peor cara de culo:
-”Hay que ver qué poca habilidad tienes y el nulo interés que pones, en hacer una cosa tan sencillita con las manos y un poco de saliva...”.

Así es que metí el instrumental en la guantera, me solté el cinturón de seguridad, me incliné sobre sus piernas (no intenten hacerlo que ahora ya es delito) y le dije:
-”Te voy a enseñar yo lo que soy capaz de hacer con las manos y un poco de saliva si me prometes que no enciendes ninguno hasta que lleguemos a Villa Gesell ( una playa de Buenos Aires)....

Tuve que hacer que durara aquello un rato largo y ya empezaba a marearme de tanto mirar hacia abajo y clavarme la punta en la campanilla con los baches del camino, cuando una de las veces que levanté la cabeza vi que pasábamos por Pinamar ( otra playa de por allí). Así es que decidí apurar la felación con una calada larga.

¿Os queréis creer que fue capaz de conducir casi 50 kilómetros mientras se la chupaba, pero tuvimos que parar en el medio de la ruta, porque no podía esperar a llegar a casa para fumarse un cigarrito? 

Otra vez, también siendo un pendejo ( un chaval) dejé de fumar seis meses, después de encenderme el primer pitillo un día que, cuando estaba comiéndome a besos a un chico monísimo y deportista, noté que no hacía las inspecciones esperadas con su lengua dentro de mi boca.

-"Me vas a perdonar", se excusó el pobre, "pero es que no estoy acostumbrado a salir con fumadores y esto es como lamer un cenicero".

Redondo, me caí de la vergüenza y juré que nunca más colocaría un pitillo entre mis labios.

Pero debí conservar todavía la cara de chimenea, porque todas las noches que salía con mis amigotes, siempre, absolutamente siempre, se me acercaba algún prójimo en busca de lumbre( fuego).

O tal vez mi cara era de sexo vicioso? Aún no lo sé...

Si era guapo (lindo), le vacilaba con que se lo iba a encender “con el fuego de mis ojos”. Y si era mas vivo que yo, me respondía con la mano sutilmente en la entrepierna que se lo encienda “frotando un palo y dos piedras”...

Y mira, fuego no he conseguido nunca así, pero calentones y polvos de lavabo, unos cuantos.

Si seria hijo de puta!!!!!...Con ése zángano mantuvimos una relación, de unos 9 meses, donde nos echábamos polvos en los lugares mas insólitos!!!!!

Por lo tanto, si eres de los que aman follar, no rompas las pelotas, con la gente que pasa a tu lado echando humo, bufando, como si de un pedo en la cara te hubieran echado, que ademas, hasta ésto tiene morbo para unos cuantos...

Como cuando a los tipos les encantan las tetas enormes y sueñan con meter la cara allí dentro y hacer: blu, blu, blu, blurrrrr...