SELÇUK DEMIREL.
Cuando aparece la arrogancia, siguen las
desgracias, cosa muy a la vista hoy en día en el país que elegí para vivir…
Jamás hemos de olvidar que somos seres
humanos, dotados de la opción de decidir inteligentemente y, con inteligencia
lograr cosas buenas, positivas, sublimes.
Debemos sentir orgullo de nuestros
actos, de nosotros mismos y, entender de una puta vez que con inteligencia y
sin fanatismos las cosas se ponen mejor.
Para muchos, me temo, que literalmente
creen que sus verdades son las únicas verdades.
Conocí a muchísima gente con ese modo de
ir por la vida. Algunos mejor que otros y de éstos aprenderemos mucho.
El problema radica, en que cuando esas
personas, convertidas en arrogantes irrefrenables, llegaron a ese punto porque
han dejado la humildad atrás…
¡Ser arrogante!
¿Vale la pena?
Prestemos atención a los líderes. Ésos que
anteponen el bien general al placer de satisfacer su arrogancia
Liderar es muy difícil. Lo peor de ser
un líder, es porque se trata de que han de tomar decisiones difíciles.
La carga de eso nunca es fácil.
El universo tiene memoria, igual que el
planeta, y aquí SIN DUDARLO viene el famoso boomerang. Ya saben, yo le tengo
pánico, porque en el regreso, a veces decapita gente en su vuelta meteórica, que
no tiene la culpa.
¡Cuántos crímenes de lesa humanidad se cometen
por ser arrogantes! ¿Verdad?
Entonces, antes de juzgar, hemos de pensar
bien ¿qué hemos hecho nosotros que no fuera una putada?
Pues que resultara muy probable que, en ese
ejercicio, te recuerdes algo que te salió mal, que hizo daño a algo o alguien o
a muchos.
Por tanto, si vas a juzgar, date cuenta que
todo ya va mal y, se pondrá peor. Mucho peor.
Entonces me digo, que a los pecados capitales
les falta uno y me repito.
¿Vale la pena ser arrogante?
Y cuando me encuentro con gente con ideas
violentas, le recuerdo inteligentemente (o callando) que yo no soy el enemigo, y
automáticamente suena mi sirena interior con el sonido de… ¡” peligro” …”
peligro”!…
El arrogante, no es gente de buena voluntad.
SELÇUK DEMIREL.