By Joan Cornella
Hoy, mientras voy envolviendo cosas, el contacto con ese papel con burbujas, y jugando
con las bolitas, haciéndolas explotar, me remonté en mis recuerdos, cuando
recién llegaba a vivir en Barcelona, ¡hace una eternidad!!!! y había leído que
hacían el “1er. Festival de Erotismo y Pornografía” …Mmmmm...
Vivirlo en directo es totalmente diferente a que te lo cuenten,
así es que ese fin de semana me dije, “iré” y allí fui, al Salón Erótico de
Barcelona, a ver si aprendía algo de los que supuestamente eran los profesores del
sexo.
Claramente, unas tres horas antes (que menos!) me sometí a mi tradicional,
“rejuvenecimiento corporal” (incluidos recortes de pelos púbicos y desodorización íntima) y, obviamente, no me olvidé de meter dentro de mi mochilita, una buena
provisión de preservativos...
¡A ver si se me daba la suerte de que rifaran un encuentro
cercano, tuviera el número y no tuviera protección!!!!
Dudé, juro que dudé, si llevar algún juguete erótico (por si
acaso), pero después de pensarlo un rato me dije, que lo mejor sería una
batalla cuerpo a cuerpo, cual guerrero vikingo, y deje a mis amantes eléctricos
en el cajón de la mesita de noche.
Y hacia allí me fui el sábado por la tarde (ATENCION. YA ESTABA SOLTERO Y SEPARADO), con mis mejores galas y un
par de condones en la mochilita, por las dudas que conociera a alguien
interesante, nos daban las ganas y no nos daba tiempo de volver de Cornellá (¡que
a dónde se han llevado la feria, lejos de toda mirada indiscreta, joder!!!!...).
Cuando llegué, todo me pareció un poco raro.
Escenarios por allí distribuidos, quince o veinte tipos de
megafonías diferentes compitiendo como si quisieran ver cuál nos daba más dolor
de cabeza, tres o cuatro barras y una veintena de puestos tipo feria de
muestras, que eran de todo, menos la máxima expresión de lo realmente sexy...
En uno de los escenarios, vi que de una cuerda colgaban tangas de
todos los colores y tamaños, muy Nápoles, como si los acabaran de lavar, fue
allí que me temí lo peor.
Mi impresión empeoró, tras ver una colección de dildos realistas
en uno de los stands, y que además había algunos que costaban menos que un
preservativo, con lo cual, me temí que estarían descartados por algún motivo
inconfesable.
Mientras caminaba entre los corredores, y con el resto del público nos mirábamos, como escrutándonos, a ver quién era el más puerco, y me encontré
en uno, montado sobre caballetes, atendido por pakistaníes que ofrecían dos
¡D.V.D.!, a tres euros, y cuatro a cinco euros (aún existían los reproductores
de D.V. D’s) y por lo que pude ver en uno de los televisores, eran encuentros
sexuales de lo más desagradables, tirando a brutales, donde una de las chicas
que aparecía, escupía sangre! Lo peor (pense para mis adentros) es que, si
estaban allí será porque hay gente que los compra. En fin...
Ya con el estómago revuelto, la moral por el suelo, fui a otro
lado a recorrer los escenarios, donde después de recorrer el recinto de arriba
abajo, me quedé con varias cosas en la mente.
En el sexo hetero, todo está
inventado.
Yo creía que si iba a un acontecimiento como ese se podían
coordinar o arreglar al menos (como mínimo) unos tres o cuatro polvos, y que
algo nuevo aprendería.
Pero me parece que allí no había ni guionista ni letra. Los chicos
y chicas de los escenarios, no salían de la rutina conocida por todo el mundo.
Besos negros, rubios y dudosamente pelirrojos. Penetraciones,
primero vaginales y luego anales.
En pocas palabras, ¡nadie echaba un polvo como correspondía!!!!
Todo el mundo andaba por allí, jugando a directores cinematográficos.
Cámaras de filmación y teléfonos móviles por todos lados, al menos yo no vi a
nadie valijero.
¿Qué? ¿No saben lo que es un valijero????
El que disimuladamente anda con las manos en los bolsillos, no
usan calzoncillos y juguetean a la gallina ciega.
Mucho mejor se lo montaban las chicas, y me dije, ¡claro! ¡Una
estrella es una estrella!
Por ahí andaba un putón patrio de aquí de Barcelona, rociando a la
gente con algo que esperaba fuera una eyaculación simulada con agua. Yo, al
verle la cara y esos labios de medio kilo de colágeno en cada uno y su
intención huí, ¡y me salve!
Es lo que le pasó al perro, que por curioso se quemó los bigotes, ¿no?
Juro que en la vida había visto tantas catalepsias genitales todas
juntas.
Por ejemplo, el del voluntario que estaba depilado como un huevo
duro, y la “actriz” porno lo frotó, acarició, y se dejó chupar hasta en sitios
donde nadie en su sano juicio, dejaría a un desconocido realizar tal acto.
Pero el pobre jovenzuelo, nunca vio crecer su mini-yo…
Nacho Vidal, un famosísimo actor porno español de esas épocas, con
famosas y enormes erecciones, insistía en meterle el morcillón por la boca, por
delante, por detrás, hasta que ambos se rindieron a lo evidente.
Lo que no entra, no entra y disimuladamente, se la subió a la
cintura y se fueron por detrás de una dudosa cortina bordó.
Por eso siempre viene bien tener preparado un dúo de lesbianas,
por si falla el acto anterior, ya sabemos que una actriz porno nunca decepciona
y, si son dos, ni te cuento.
Es muy simple: se necesitan un par de señoritas duchas en esta
práctica, dispuestas a hacerlo juntas. Tampoco es importante que el tema las
caliente menos que una misa de funeral in corpore insepulto; para eso existen
los lubricantes y los speakers enrolladetes ("estas dos gatitas están muy
calienteeeeeeessss", y así todo).
La actuación terminó con dildos y vibradores incrustados en todos
sus orificios de entrada y salida, como si fueran las llaves del paraíso. Valga
mi admiración y sincero respeto por estas abnegadas damas del “show business”,
¡en serio!!!...
Pero voy a ser justo, ¡no todo fue una reverenda mierda!
¡Los organizadores de los tuppersex en la sala de usos múltiples
tenían la sala llena como ladillas en un calzoncillo! Y no me extraña.
Allí estaban las últimas novedades en juguetería y lubricantes,
sino porque los cursos los daban unos tíos, que la partían y había uno con
quien había tenido un rollete hacía unos días…
El guapísimo Ómann que no sé si me quedé alucinado o muerto, porque
creí ver que se ruborizaba cuando me pasaba los cachivaches, pero me pareció
oír una pregunta de un caballero sobre los estimuladores prostáticos que, a la
sazón, se introducen directamente por el culo.
La cuarta (impagable) lección: algunos hombres están sumamente
interesados en los juguetes eróticos para las mujeres, pero también para ellos.
¡Aleluya!
Después del tuppersex di una última vueltecilla antes de marcharme
y me paré a contemplar el show de Zuley-Ka, que le daba tantas vueltas a la
barra vertical, que pensé que se acabaría mareado y vomitando...
Mientras decidía si irme o seguir mirando sus piruetas, se me
acercó un espontáneo y me ofreció trabajo:
-” ¿Te gustaría hacer un casting?”. Miré al tipo de arriba abajo,
y de derecha a izquierda, sin creer lo que me decía.
-” Perdona... ¿Has dicho un casting?”.
-” Sí, de actor porno”.
-"Ya, y para eso... ¿te la chupo aquí delante de todo el
mundo o nos vamos a algún sitio?"...Le contesté al viejo en taka-taka ( andador, para los de allá)
Nunca sabré si eso me lo proponía, por mis habilidades felatorias,
o porque mi capacidad para domar monturas era de las más codiciadas.
¡Dios mio que asco!.
Pero no me cabe duda de que nunca antes me habían invitado de forma tan profesional a bajarme los pantalones.
¡Dios mio que asco!.
Pero no me cabe duda de que nunca antes me habían invitado de forma tan profesional a bajarme los pantalones.
La última lección es que asistir a estas ferias es que eres, también,
parte del show.
Volviendo a mi casa antes de que pasara el ultimo metro, y con la
gente sacada por la locura sexual que viajaban en el mismo vago que yo y, buscando unas monedas para darles a unos rumanos para que dejasen de tocar ese acordeón
de una puta vez, me tropecé con los condones que había guardado por la tarde.
Y ahí me acordé de un dicho…
¿Cómo era? ¿Ir a por lana y volver trasquilado?
Pues eso...
Foto de Ren Hang