viernes, 2 de abril de 2010

Nos escapamos, y fuímos hasta el puente de Liniers, para arrojarnos en paracaídas!!!!!...

Todos, habíamos recibido en el aeropuerto militar de El Palomar, dónde el padre Luis, del colegio EMAUS, había organizado una excursión, y subimos a los aviones bombarderos, con ametralladoras en el culo y en la panza y en el techo y en la trompa; y unos enormes, que serían como las abuelas de los aviones Hércules de ahora, porque se abrían por delante y por allí entraban camiones y tanques, claro, por eso les decían “avión vaca”; los boeing DC-2 ( los de dos hélices, y culo caído), que ya conocía, por mi primer vuelo, a los 5 años y que duró un día en llegar y se pernoctaba en un país del África, que no sé si aún existe…

Nos habían regalado, soldaditos de plomo con paracaídas que zzzuuummmm, los lanzábamos al aire y caían balanceándose, lentamente…con camioncitos verdes de plástico, que eran como tanquetas; y una bolsita, con adentro, justamente, soldaditos de juguete, que además eran de plástico…
En pocas palabras, que muchos de los de mi generación, también estuvieron en el ejército…

Es más, por mis piés planos y por ser hijo de Italianos, no me habían aceptado en el colegio militar, para hacer allí, la secundaría y luego la carrera…MENOS MAL!!!!! ( o habrá sido, porque era demasiado mariconcito?????....)
Esos Arcos espléndidos, que habían en la entrada...y los cadetes vestidos de Patricios...

Bué, sigamos…

Éramos cinco chicos, del mismo barrio de Haedo, y en nuestro fin de semana, después del pupilaje, nos habíamos colado en el tren Sarmiento, que paraba en la inglesísima estación de M.J. Haedo, con destino a Liniers ( como decir Plaza Catalunya, pero lisa y siempre recta, hasta sabadell, en tren, pero los de allá, y en aquélla época, que eran espléndidos)…menos mal, que había uno más grande que ya usaba pantalones largos, porque le habían ya, salido millooooooooones de pelos en las piernas, y sabia leer mejor, y sabía dónde era…

Me acuerdo del laberinto de escaleras, que era subir hasta allá arriba, y (en puntas de pié, nos asomábamos al vacío) esperábamos la instrucción del más grande, un tal Diaz, el de los muebles, para lanzarlos al paso del tren,
y al ahora!!!!...

Vimos, cómo el viento los llevaba de un lado al otro, dando volteretas en el aire, y volaban…volaban…

Que poquito había durado la excitación!
(así que imagínenme, a mí, siendo, como fuí siempre, un alumno interesante, hubiera terminado siendo general, o marino, o aviador????? La nieta de Hitler, podría haber sido, pero aún viva!!!!)

Fué a partir de allí, que hacíamos paracaídas con cualquier cosa; y venían todos a mi casa, que era la única del grupo de amigotes, que tenia dos plantas, era toda la esquina, enorme ( como correspondía a una casa de tanos ( italianos) y nos encaramábamos a la terraza y lanzábamos paracaídas de pedacitos de piedras, de alquitrán duro, sin derretir aún, que los usaban para los asfaltos, que empezaban a crecer cada vez más, o con botellas de refres-cola, que era la bebida que se usaba en ésas épocas y era parecida a la coca – cola, o de Bidú, o las Crush…

En ésa época también entendí, que cuando habían lindos días y nos íbamos de fin de semana largo, me daba tristeza, porque no podía echarme al pasto panza arriba con mis amigos y construir castillos, con corceles, princesas, o dragones …

Yo tenia siete años!!!!...

Y fué por ésa época que tuve mi primer ¿enamoramiento? gay con un chico… el mismo que nos había llevado al puente de Liniers…ése, el de los pantalones largos.

También me pasaba eso, si nos íbamos tres o cuatro días a Villa Gesell, no lo veía, y no podía tumbarme en el pasto con él, y mirar las nubes y adivinar las formas que los ángeles nos regalaban…

Lo único que me gustaba de ir a Villa Gesell, era ese viaje interminable, por una ruta chiquitita, y como íbamos siempre de noche, con alguna que otra parada para mear, o tomarme algo, como lo que se usaba en esa época.

Íbamos, en la Mercury de mi vieja, y que siempre manejaba mi hermano mayor, y yo contaba los bichos, que se estrellaban en el cristal del parabrisas, o dormirme y acordarme ahora, de cómo me llevaban en brazos; volver a la ruta y sacar la cabeza por la ventanilla, que abría por la mitad solamente, porque la Mercury era un tres puertas, celeste, y su rummmm, rummmmm, rummmmm, ya que mi hermano lo tenía todo original, era una sensación más de estar en un plato volador, sobre la ruta, que en un auto ( coche)…
o sentir ese olor…
a pasto, a campo, a pampa…(ridículo, va a decir una que yo sé)…

Y de repente, me despertaba y allá se veía, el azul/verdoso del mar, y las casitas de madera, estilo alpinas, con jardines, llenas de flores, sobre los medanos…ahora que me doy cuenta!!!!...eso era una colonia nazi!!!!!!... ( se imaginan???????)

Mirá de qué me estoy acordando!!!!!

Me encantaba desayunar a la mañana con medias lunas ( croissant) calentitas, y las mías siempre con queso y jamón…Llegue a odiarlas!!!...ahora me volvieron a gustar, pero hasta ahí…

El resto, las untaban con mermeladas caseras, o una miel que me hacían comer, que se llamaba Kero…puajjj, qué asco me daba!!!!

Pero ahora que lo pienso mejor…
Lo que mas rabia me daba era tener que ir a lavarme de nuevo toda la cara, porque me la manchaba integra!!!!...jajajajajajaja….
las comia con la cabeza inclinada, y mirando hacia arriba, abría la boca y dejaba la boca abierta...
y claro, yo tardaba hooooooras en despegarme esa cosa asquerosa, y pastosa…

Conclusión? Me iba siempre al agua yo solo, con mi perro, el chiquito, ¿se acuerdan?, arrastrando la toalla, por las dos calles, que separaban mi casa del mar, calles todas de arena, y pararme en el médano, y tener que, encima, ponérmelos a buscar para ver cuál era la carpa ( toldo cerrado y tumbonas) donde estaba mi familia…siempre lo mismo!!!!....qué atroz!!!!!...

Claro, lo primero que hacia, era tirarme ( tumbarme) en la reposera
( tumbona)…y mientras todos jugaban en el agüa…mi papá juntaba almejas y mi mamá, chuzmeaba ( cotilleaba) con sus amigas, Dios sabe en cuál, yo miraba boca abajo, las figuras en el aire…hasta que, seguramente, me habré quedado dormido…

Esa noche dormí casi parado…claro, volaba en fiebre, me contaba mi mamá, pero yo sé que seguro, soñaba con aquél primer príncipe en mi vida…