jueves, 30 de marzo de 2017

LA SOLEDAD QUE TODO LO CURA ( Y aqui se termina)

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Dibujo de PAULA BONET



¡ACLARACION!

Son muchos los y las que se enojan como seguro lo harán con este post, en el que doy por finalizado el tema del título. No es nada fácil escribir, es toda una entrega y, si bien es cierto que podría hacer un libro de muchos de ellos, no me dan las ganas. No me da porque no tengo la constancia y perseverancia que tienen los escritores de estar ocho o más horas sentados escribiendo.
Para los que aún no lo saben, mis post, son para plasmar y dejarme un recordatorio a mí mismo, de ideas, ocurrencias, imágenes, diálogos, conversaciones oídas por ahí…y algún que otro peta (cuando aparece, claro).
Así que, chicos y chicas, ¡es lo que hay!
Allí os dejo la continuación y el final.
…………..

Lo más inverosímil, kafkiano y paradójico es que en esta sociedad hiperconectada, la gente se sienta sola ¿Verdad?

A mí me pasa muy, pero que muy poco. Porque cuando aprendí a encontrarme a mí mismo y, evité la soledad, cuando me dediqué a leer todo lo que tenía pendiente en mi vida, comencé a escribir (para mí, más que nada) y escucho música de mi sound cloud o de spotify, descubrí que poco a poco, iba ganando con un panorama superior... 

Me he llegado a sentir solo en el Louvre y en la plaza España. En plenos festejos de años nuevos pasados, pero estoy seguro que, si no hubiera aprendido, no me hubiera durado ni tan solo unos minutos.

Mi amiga Rebeca a veces está en una reunión y se va. Queda como suspendida en el ambiente, y si alguien le dice “Hey, ¿estás aquí? Ella les responde ¿“Tú me has visto mover de aquí?”

Es por estas cosas que el sentimiento de soledad, no se trata de si “estar solo” o nó. También puede tratarse de la gente que te rodea, y notas que de feeling hay cero al cubo.

A mí me encantaría estar aislado por unos días en una cabaña en una montaña, con todas las comodidades claramente, pero sentir que estoy acompañado porque hay una persona que pensara en mí, se preocupa por si va todo bien o nó.

Solo con mis padres me pasaba. Qué increíble, ¿no? Darme cuenta ahora que esa es una materia pendiente.
Pendiente, porque estoy hablando de alguien como si estuviera enamorado, porque mis pocos, pero buenos amigos, sé que en algún momento del día me piensan.

¡Claro! Aun me falta diferenciar al cien por ciento, entre la soledad de alguien y las emociones.
Creo que es algo muy Zen, porque los grandes cerebros lo han recomendado. Parece ser algo básico.

Y sino, pensemos en Jesús, a los que no lo creen una divinidad o como el catolicismo lo presenta, ¡el tipo se fue al desierto a pensar durante cuarenta días!

Deberíamos meditar y pensar antes de decir una sola palabra, que pueda ser valiosa y dejar rastro en alguna persona. O varias. Yo sé que lo estoy haciendo. Y que también lo he hecho.

Me está pasando ahora con mi amigo, Juan Carlos.
En la soledad que él se está imponiendo de a poco, hasta encontré una experiencia mística y religiosa, cuando releí algunos libros de y le dije que recuerde a los libros de Job, el Eclesiastés y el libro de los cantares de David.

Ya sé, habrá gente que pensara que es todo un cuento pero, los ó el que lo escribió, era un genio.

Dejando de lado la divinidad que uno crea, sea Alá, Cristo, Buda o los del Olimpo, sugieren un encuentro personal con uno mismo, después de ese silencio, vendrá la paz.

Es como si nos cerráramos en un taller en búsqueda de un argumento para leer lo que escribimos de nuestras vidas pasadas y sus cagadas, o pintar un cuadro digno de “El Bosco” con todos nuestros horrores y errores vividos y, leer lo escrito o mirar lo hecho.
Algo, que nos de la fórmula mágica, esa magia que se da en soledad.

La receta, para mí fue un paréntesis, de llanto, angustia, desesperación, depresión, y mil calamidades que no deseo a nadie. No diré ni a mi peor enemigo, porque no los tengo, y si lo hay, ni me he enterado.
Muchas veces, uno intenta por todos los medios buscar esa sanidad de soledad salvadora, pero no siempre es fácil encontrarla.

He vivido con decenas de personas TODAS DIFERENTES A MI, pero cuando la buscaba, salía a tomar un café en las soleadas terrazas de Barcelona y, oyendo solo los ruidos del vaivén de la gente, arropado con ese murmullo, encontré esos momentos en los que me encontré conmigo mismo, valoraba ese día, y escrutaba los vínculos.

Otra de las tantas recetas, es cuando uno vuelve a casa de su trabajo, y en vez de mirar la nada, o el suelo para no tropezar, se puede encontrar un momento de contemplación.
¡HAY TANTO PARA MIRAR!

Para meditar, para pensar, para no estar arre que arre con el mal rollo de ese día, y sentir que formas parte de un todo.

¡Pues si! Deberíamos aprender a pasear de nuevo. Y regocijarnos con los que natura nos da.
Incluso si nos caga una paloma, en la chaqueta que acabamos de estrenar (¡las muy jodidas!!!)

Pasear es dejarnos sorprender por ese nuevo árbol que no hemos visto nunca, esa nube que tiene forma de pájaro, y no tener la mente planificada para llegar a casa a seguir arrastrando rabia y frustración.

Yo que vivo en una nube de pedo, siempre estoy estimulado por cosas externas, y en mi actual forma de ser, sé que detrás hay una persona con singularidad y personalidad con estilo. El mío propio.

El que ahora siembra bastante seguido la soledad y que no le tengo miedo a encontrarme conmigo mismo, y que a través de mis escritos en soledad y mi musiquita mientras lo hago, aprendo a auto conocerme cada vez más.

Entonces me pregunto, ¿son los profesionales de la sanidad mental, idóneos para esto? ¿lo hacen? ...Mmmmm
Sé que tienen sus propios profesionales para contenerlos. Raro, raro, raro…

La soledad auto impuesta nos ayudará a viajar por el inconsciente, pensando qué queremos hacer con nuestras vidas, y es en esos momentos cuando podremos hacer proyectos interesantes con ello.

Sabremos quienes somos y adónde quisiéramos llegar.
No podemos vivir una vida de otros, es decir, imitándolos, porque esa magia se desvanece. Cuando se desvanece, desaparece esa riqueza conseguida, que va más allá de las posesiones materiales, que nos destrozan el cerebro pensando cómo conseguirlo...

Así que, mis queridos amigos y amigas, a echarle dos huevos, y a buscar dentro de cada uno.

¡Cultivémosla!

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BY EDWARD GOREY

martes, 28 de marzo de 2017

LA SOLEDAD QUE TODO LO CURA (1ra.parte)...


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Estupendo dibujo de Jim Liao

La soledad es un remedio a lo banal y a la superficialidad
Estamos en un periodo de la humanidad en que estar solo, es como ser un leproso. Por eso tanto amigo virtual.

Hablemos de saber estar solo, hablemos de la soledad buscada, la que nos sirve para ordenar las ideas, y el corazón, para proyectar, y crear…

Estar solo no es sinónimo de estar marginado y uno de los objetivos es romper con el clásico dicho, de que la soledad es negativa, un aspecto que nos margina y nos separa de los otros.

Yo defiendo la soledad creativa. No como un estado permanente, pero sí alternándolo con la vida en compañía.
Y bien, entonces ¿qué es la soledad creativa? me preguntarán muchos.

Es un viaje sin retorno, de confrontación con uno mismo. El ruido, la interacción, la multiplicidad de imágenes y cosas, nos dispersa y nos evita pensar en aquello que realmente nos puede hacer sufrir.

La soledad nos hace pensar en los pequeños vínculos, el tipo de vida que llevamos, nuestros proyectos, frustraciones.

Una ocasión para profundizar, ver los puntos débiles de uno mismo y los recursos que disponemos, para no sufrir mas de la cuenta... Parece un estado incómodo, ya que no es fácil resistir a la soledad, por eso es un estado que de entrada se evita.

Hay gente que no soporta estar solo en una habitación durante una tarde, por ejemplo, y enseguida busca conectarse, encontrar vínculos, navegar: buscar algún amigo por Facebook, gastarse una fortuna anual, hablando por teléfono celular, yo que soy medio influenciable, que escucho todo, muchas cosas me parecen correctas, otras no y, así es que mi cerebro, es como un enjambre…

Pero hay que resistir esos primeros impulsos, esa necesidad comunicativa, para disfrutar de todo lo que te aporta. Y tiene sus beneficios.

El estar solos y en paz con uno mismo (nada fácil, por otro lado) permitirá, que podamos proyectar lo que nos apetecería en el mediano y corto plazo.

A su vez es como que nos podría llegar a dar miedo, pero no por el hecho de estar solo, sino por el motivo que conlleva buscar la soledad.

¡Pero tranquilos!
La soledad es como una luz que nos podría enceguecer y al mismo tiempo es transparente.
El famoso ENCONTRARSE CON UNO MISMO.

Es como estar desnudo, en pelotas, delante de un espejo. Y ahí, a diferencia de lo que a veces hacemos con los demás, no te puedes auto engañar.

Es un proceso de auto-conocimiento muy beneficioso a la hora de emprender proyectos, porque analizamos los puntos fuertes y débiles, aprendemos a protegernos de los peligros, a decidir dónde poner todo el potencial, a la vez que te encuentras con tus propias decepciones, frustraciones y miedos…
Pero, no es lo mismo estar solo que sentirse sólo…


(CONTINUARÁ, UNA VEZ QUE PULA LO ESCRITO)

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Gracias JIM KAY

domingo, 26 de marzo de 2017

UN CULO Y 7(SIETE) BAÑOS


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Mi Idolo ¡QUINO!



¿Para qué quiero una casa con 7 baños, si tengo un solo culo??

No os habéis puesto a pensar que la obsesión por tener o poseer todo lo que queremos, ¿puede terminar autodestruyéndonos?

En mi caso, hace mucho que deje de poner en riesgo mi vida por obsesiones materiales.
Tal vez hace unos diez o veinte años, hubiera pensado que era un cobarde, o que mucha gente creería que habría tirado la toalla.

Un día, cuando desperté de un coma, al poco tiempo entendí que soy de una generación donde el valor básico era ser espléndido (o parecerlo como hacían y aún hace muchos) y hacerse rico a toda costa, que se daba en la sociedad en general y, hasta ahora, muchos se afanan por emular a ése uno por ciento que lo posee todo.

¡Qué pereza!

Hoy en día me siento como coronado, por ser el hombre que dejo de lado toda esa vanidad. Me alcanza con lo que tengo. Un techo, una cama calentita, y comida en la nevera. ¡Estoy en paz!...

Hice lo que quise, cuando quise y como lo quise y me asenté cuando conocí a mi ex pareja, la que provenía de un mundo que yo sabía que existía, pero que estaba por allá y a mí no me rozaba.

Fué entonces (un millón de años atrás) que comprendí, de a poco, que agotarse para conseguirlo todo, era y es, una especie de tortura.
La humanidad ha ido a más, con la ausencia de responsabilidades, por parte de todo el mundo, ante cualquier cosa…

Por otro lado, veo que las personas quieren libertad, ir o venir, hacer o deshacer, buscar lugares exóticos y hasta peligrosos para ir de vacaciones, facilidad para iniciar negocios y cuando se les caga algo, exigen que sean los gobiernos los que le resuelvan el estofado quemado.

Como ahora, en que miles están varados en las fronteras y esa pobre gente, con un estigma marcado a fuego en la frente “REFUGIADOS”, piden socorro a los estados donde estén.
Pero deberíamos tener en cuenta, también, que el gobierno/estado somos todos los demás. Nadie se hace cargo de sus responsabilidades. De nada, ni de nadie.
¡Muchísimas veces, hasta incluso de nuestros padres, cuando les llegó la hora en que nosotros nos convirtamos en padres de ellos!!!
Miramos a otro lado y, seguimos en la búsqueda de la casa con siete baños.

Fue así que pensé en las relaciones sociales, y la distancia abismal que existe, entre los más ricos y los más pobres.

¡Tener poder!!! 
Es entonces cuando creemos que la justicia no funcionara con nosotros, por el simple hecho de tenerlo.
Qué les voy a contar que no sepamos ya, ¿no?
La manipulamos solamente, con ese poder (los que lo tienen) solo por un tema clave como es la venganza.

Y también me pregunté, qué pasa cuando la Justicia no funciona, cuando es ineficaz, o cuando sólo la puede utilizar el que tiene poder, dinero, influencias.

Todo eso iba pensando cuando, caminaba bajo la torrencial lluvia y vi a unos “homeless” tapados con bolsas de residuos de edificios.

Hoy cuando desperté y abrí mi ventana, el cielo estaba celeste que parecía un azulejo. El sol que estaba allí arriba, colgado, coloreando los edificios y con el típico frío post-mortem del invierno, respiré hondo y sentí vivificar mi espíritu y mi alma. Vi las casas y las cosas de otra manera.

Este día, en una ciudad soleada llena de colores Gaudianos y de ocres, miro a un pajarito saltar sobre el respaldo de una silla frente a una ventana. Y le cuento y explico a mi amigo, que siempre lo veo, cada día, y que al pájaro como a todos los animales les gusta mirarse en los espejos.
De allí, las piruetas.

La incógnita es qué verá. La gran incógnita, quizá sea qué vemos o qué creemos ver, cuando vemos por la tele a los miles y miles que viven en carpas, los refugiados del terror, o los que por una causa u otra (la que sea) duermen a ras del suelo.


Y nos damos cuenta que las miradas en la estación más suave, en una ciudad atiborrada de ruido que atesora íntimos y secretos silencios, puede ser que descubramos, cosas que jamás pensamos descubrir…

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Dibujo de QUINO

jueves, 23 de marzo de 2017

JUSTICIA y uno de mis pensamientos sobre ella...






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Dibujo by QUINO


Claro, es uno de mis tantos pensamientos sobre éste tema:

En la edad media, los campesinos cuando oían tocar las campanas a difunto se persignaban y se quitaban todo aquello que cubría sus cabezas. Deberíamos tocarlas todos hoy en día, “a muerto”, como se llama aún ahora (todavía se hace en esos pueblitos pequeños, de toda Europa) y, seguir detrás del catafalco.
¿El ataúd de quién?

¡¡¡¡Del de la justicia!!!!

Seremos millones de personas las que con rabia y enojo señalaremos a los culpables, de ese asesinato a nivel mundial, donde eso que se gestó en Francia, con su revolución, ya nada queda.

Pero iremos con la cabeza gacha, detrás del ataúd conteniendo el cadáver, porque todos seremos culpables, porque la justicia y el estado de derecho no han avanzado, no han ganado en claridad, y quien no avanza, retrocede…

IUSTITIA

La que esclarecía.Respetaba y era querida en todo el mundo, sino de quienes, con todo tipo de argucias, no quieren una sociedad con memoria, sana, libre y valiente.

Y, ¿por qué seremos culpables? Porque sabíamos que las leyes y su espíritu estaban vivos, pero nadie hizo nada para mantenerla.

“Los humanos somos una colección de egoístas codiciosos” …Ya lo dijo en su época Albert Camus.
No solo codiciosos, también queremos más. Más protagonismo. Más fama. Más de todo… ¡Más!

Hoy a mis años, sé que se vive más tranquilo sin ser famoso. El protagonismo lo deje hace añares, que lo tengan otros.
Los delincuentes, y gentes de esas calañas, que son los que tienen que hacer el verdadero trabajo de mierda.
Que el reconocimiento lo tenga la ley, que hace que sea la justicia la que hace que seamos más o menos parecidos…MÁS O MENOS…

Yo, personalmente, no necesito que me conozcan, ni ser famoso o saludado por gente que ni sabes quiénes son... Cuando lo fui, fue por divertido, excéntrico, y más loco que un cencerro.

Los seres humanos No DEBEMOS olvidar esta premisa fundamental, que nos permite una vida más sana, y por consecuencia un estado de bienestar global.

Reconozco que el sentido de la justicia, va de la mano con la económica.
Así que, por ahora solo vemos nubes negras en todas partes, a menos que los poderosos del mundo dejen de lado las ideas económicas del siglo 18 y "los ricos, hagan lo que corresponde”.

Dar créditos donde sean necesarios, aumentar las infraestructuras, la investigación y mejorar la educación, pero que no sean cosméticas, que sean “Leyes de Estado”.

Lamentablemente esta quimera suena a improbable, porque mientras sigamos detrás del ataúd de la JUSTICIA, los lobbies financieros no dejaran actuar a los políticos de buena fe. Hay algunos todavía…

La otra que queda, es que las crisis morales que padecen la humanidad se agudicen, volemos todos por los aires, y los líderes que queden, se vean obligados a actuar, lástima que, para ese momento, TODOS HABREMOS SUFRIDO DEMASIADAS MUERTES Y PADECIMIENTOS.

Estoy convencido que los seres humanos ante tanta INJUSTICIA, nos hemos convertido en mamíferos de principios, pero no de finales.  

Eso que me enseñaron de chico, que tenía que ser como yo quisiera, pero que, si salía a la calle desnudo con un plumero en el culo, antes debía pensar si alguna ley lo prohibía y, si no fuera así, ver que nadie se molestará con esa actitud.

Es desde la tierna infancia que se imparte justicia, la que adquieren nuestros padres, los padres de nuestros padres y así hasta el Génesis versículo 1: 1…(creo)

Hoy en día asistimos estupefactos a masacres, en el nombre de los dioses; asesinatos por la espalda; robos a mano armada, y el de los otros (los políticos) 
¿Y la ley y la justicia?
Bien...gracias.

Creo también, que se ha de ser fiel a la sociedad en general y no a uno mismo.

(Estoy muy del “creo” en estos momentos)
Creo, también que, uno de los motivos por los cuales hemos perdido esa fe en la ley y la justicia, es por el miedo.
Sí. Por el miedo. 
Por ejemplo, uno no tiene ningún mal rollo con tal o cual persona, pero como ésa persona te da miedo,o “cosita”, te pones a pensar y te dices ¿ Y si me clava un puñal por detrás, antes de que se lo haga yo a él? ¡Voy a traicionarlo yo primero, así no me sorprende!
Creo que ése es el origen de todo.
Deberíamos re-aprender los valores esenciales de la ley, de la justicia, de la igualdad y así reconvertiríamos nuestras identidades a nivel global. Una diferente cada día.

Mejorada. Educada. Amable. Empática.


Tal vez así logremos que se aplique la ley y se haga justicia, igual para todos.

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!!Perfecto este dibujo de  QUINO sobre lo que he escrito!!!

lunes, 13 de marzo de 2017

LOS CHICOS DE "CAMELOT"

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(Pintura en el Louvre del supuesto CASTILLO DE CAMELOT -circa 1658-)


La casona de mis ancestros me trae muchos recuerdos.
El olor de las comidas. La siembra del trigo y del maíz. Los fardos de alimento para los caballos. Las mujeres zarandeando el trigo. Las ancianas sabias, sentadas en sus sillas de paja en las puertas de sus casas, las que siempre estaban con gente más joven, a los que les transmitían sus sabidurías como si fueran oráculos.
Ese aroma a tomate recién cosechado que, con albahaca picada, aceite de oliva casero y ajo molido, hacían mis delicias. Ese pan amasado en tinajas de maderas nobles de ancestrales robles, recién quitados del horno y, caliente, caliente, que lo sacabas de su arcón envuelto en frazadas y, estabas dos horas haciendo como que escupías el dedo, por haberte quemado. ¡En el aire del pueblo, esos eran los olores que se
olían! ¡Lo inundaban todo!

Y los sonidos.
Esos sonidos, cuando nadie hablaba de la contaminación acústica.
El rebuzno de las mulas con sus lomos cargados de tinajas gigantescas, hechos de barro y arcilla a mano, y cargaban aceites nuevos. El de los vendedores ambulantes, que, en sus motos/camionetas Siambretta, con tres ruedas ofrecían “pesce frescoooooo” y, que de tan frescos se escapaban coleteando en las cestas expuestas, o esos otros que gritaban “verduraaaa!!! Frutta!!!!, las que recién cortadas del día, hacían una fusión de aromas que nunca más volví a oler.

Fue allí donde crecí gran parte de mi vida, durante los tres meses que duraban las vacaciones en los colegios donde vivía.
¡Allí era un chico feliz!!!! Venía de una ciudad de cemento y, para mí, todo aquello era como sentirme en la isla de Robinson Crusoe.

No os lo cuento como algo que me falte, yo lo viví, ¡sé que se siente!
Pero…

¡Qué pena me dan los chicos de estas generaciones! ¡Una triste pena!
Sobre todo, a los que me referiré en los “Chicos de Camelot”, sus modos de vida y la de sus familias.

Me sorprendió ver que no existen estudios antropológicos de esa clase de personas, que no hubiese información sobre éste fenómeno. O que al menos yo no lo haya visto o leído. Arrancaré yo (creo).
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(Foto aérea de un Barrio cerrado, Country, Condominios, y nombres etcéteras)
A mi modo, me da miedo lo que les espera a los hijos de mis amigos, y a todos los que pululan en esos ámbitos.
También me da miedo los que no están en esos sitios físicos y, que como le digo a mi amiga REBECA:
“NO ROMPAS LAS PELOTAS, ENVÍA A TU HIJA A APRENDER, TAMBIÉN, ARTES MARCIALES”
La vida en los barrios cerrados, transformó la cultura y no creo que sea una exageración.

He conocido muchos barrios cerrados y, gente que vive en ellos.
En Brasil, los que están cerca de la Lagoa Rodrigo de Freitas.
El de Perú, donde vivía Mario Vargas Llosa.
Los de Colombia, donde por causa de las FARC, la sociedad se gentrificó en otros sitios
Los de Estados unidos, que son reproducciones de los films de Steven Spielberg.
Los de Argentina, que son pretenciosas casas, con reminiscencias europeas, donde es precisamente en éste país, donde he visto desde el inicio del primero construido, el “Tortugas Country Club” allá por los años sesentas, O “El Náutico de Escobar” cuando éramos solo 5 ó 6 los que íbamos a cazar patos, y viven allí tres ó cuatro generaciones de argentinos. SE DE QUE ESTOY ESCRIBIENDO…

ES lógico.
Argentina, Brasil, México, U.S.A, han sido empujados por la gentrificación y por la seguridad, para más inri.
Pero son los chicos de primera y segunda generación los que me preocupan, ya que al vivir en una suerte de “castillos de Camelot”, no sé si están preparados para tener un buen grado de resiliencia.

A estos chicos se les ha inculcado, que ser brillante, tener talento o alcanzar el éxito en todos los aspectos de la vida, sabotean el bienestar, hace replantear el foco al que quizá debería ir dirigido nuestro empeño, cuando buscamos la plenitud emocional. Lo que determina el grado de satisfacción, depende de las experiencias vitales.
¡Estos niños no las tienen!

Ya desde que un matrimonio sin hijos decide ir a vivir allí, por seguridad o por estatus, y desde que entran en el juego social, el sistema manda una dirección si se quiere alcanzar la felicidad: el éxito dentro de su propia estructura. Cuando nacen los hijos y, sus padres están abocados a pagar lo que cuesta vivir con relativa seguridad y, según sus planteamientos, lo que les han de otorgar es una educación sobresaliente y una gran carrera.

Estas cosas solo ocurren, aparentemente, en lo que se proyecta al exterior.
Será ése factor motivador básico el que les provoque a esos niños, confundidos con la realidad de la ciudad de cemento, o las de barro, un sentimiento negativo que se asocia al fallo o al fracaso y, puede ser más poderoso que el disfrute que se experimenta cuando nos va bien.
Desde ya, el hecho de estar rodeados, en un gran porcentaje de gente que considera que, si te acostumbras a ganar, será difícil que ellos asimilen encajar cuando pierden y lo único que tendrán serán las imágenes que darán y valoraran socialmente, con los estudios recibidos. Sobre todo, los que se han ido a vivir allí “pour la gallerie”.
No soy padre, ni quiero serlo, pero sé por mis experiencias y por la de algunos trastornados como yo que, habría que preparar a estos chicos, para ganar, pero también para perder, ya que esto último es una de las herramientas más importantes cuando aparecen dificultades.
Será esta fortaleza la que los ayude en situaciones futuras, las que vendrán muy pero que muy peligrosas, para que puedan transformar situaciones horribles, desesperantes y negativas, en resultados positivos que, además, les facilitará el crecimiento personal a pesar del fracaso.
El gran inconveniente, es que no todo el mundo tiene los mismos niveles de resiliencia, ya que muchas personas sucumben ante los fracasos (mínimos, la más de las veces) o situaciones de crisis, sino que, si lo desarrollan con ayuda de sus padres y que vivan la realidad más allá de extramuros, a que desarrollen estrategias que les permitirá mejorar, lo que deban hacer y conseguir los recursos necesarios de adaptación y seguir creciendo.
Tampoco hablo de convertir a los niños en desconfiados, asustadizos, o en “NI-NI”, pero a que aprendan por ellos mismos, a conseguir lo que quieren. Con esfuerzo (mucho), dedicación, tesón, y paciencia. Sobre todo, esto último, ya que en esta era de la inmediatez, lo quieren todo YA, APENAS APRIETAN UN BOTÓN DEL MÓVIL.
He visto y comparado determinados patrones entre las generaciones de padres de hijos de hasta 25/30 años, que les inculcan el valor de lo competitivo y no les dan pie a demostrar las emociones en el nivel de exigencia, que les machacan para ser exitosos.
¡Sé también que en los colegios no enseñan educación sexual!!!! Y no hablo de la educación del Kama Sutra, pero ¿cómo es posible, que por pacatería, hayan adolescentes que no sepan lo que es una E.T.S. ( enfermedad de transmisión sexual) cuando todo es tan fácil en estos tiempos, y crean que la sigla E.T.S., sea un nuevo grupo de…¿¿¿ Hip-Hop?????
Por eso sucederá que ellos, los más chicos, el no conseguir éxito en sus actuaciones, les provoca reacciones de intolerancia, apatía, e incluso crean o sientan que viven al margen de lo que quieren y, que “el pertenecer” a sitios de estas índoles, les dará luz verde para todo. ¡Ya ni hablemos de los padres, que ven sin mirar!
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¡QUE PENA!
Está bien ser bueno o excelente en algo que les produzca felicidad, todo dentro del marco de la ley, respeto y orden, pero también han de saber que esa felicidad dependerá de con quienes se comparen y cuáles son las metas.
¿SON CONSEGUIBLES? ¿POSEEN LA CAPACIDAD PARA LOGRARLO? ¿Y EL DINERO QUE TODO ESO (GRACIAS A LA GLOBALIZACIÓN) CUESTA?
En pocas palabras, hay que ver qué sucederá si no lo logran.
Los seres humanos poseemos fortalezas psicológicas como la fe, la solidaridad, el altruismo, la generosidad. Cuando los seres humanos fortalecemos estas cualidades, siempre aumentará el grado de satisfacción y bienestar.
No hay mucha ciencia en ello. Es una cuestión interna, que se ejercita con cierto orden mental y, aprendiendo a valorar las pequeñas cosas, con pensamientos positivos de nosotros mismos, o sobre las personas en general, evitando compararse con “los mejores del barrio” y valorar lo que se tiene y disfrutarlo sanamente.
En resumen, solo hay un Messi, o un Bill Gates.
Se debería disfrutar de lo que uno tiene. Del tiempo libre, de las cosas pequeñitas que la vida ofrece y, si hasta quieres, disfruta con la muerte del que “lo tiene todo”, porque seguro les debe joder muchísimo marchar al otro barrio, ¡en un ataúd sin bolsillos!!!!
Por eso estoy en contra de que los chicos sean los “hijos de Camelot”, porque si viven rodeados, siempre, de las mismas gentes y sus cosas, no sabrán desarrollar el instinto de supervivencia.
Las imágenes que reciben estas personas y aún más los niños, logra que se están perdiendo fuerza las palabras, ¡con la autoridad y respeto que deben impartir los padres!
En estos momentos en el que todo, para ellos, todos son estímulos visuales, pareciera ser que sus ojos, ya dan por hecho que el dolor y la crueldad que pasa en otras partes del mundo sea normal y, que ellos estarán a salvo. Sí, talvez, pero en un futuro muy inmediato, las cosas no serán como las de antes...
Una de mis amigas en Buenos Aires, me dijo que cuando ella pensaba en sus nietos, o los hijos de su hijita (aún es una niñita), le da como tristeza( Tú ya sabes quién eres).

Es claro! Y más teniendo a un loco de inquilino en la casa blanca, un macho alfa, que pretende a través de sus locuras, demostrar el poder del más fuerte. El señor Trump – etin necesita una guerra para demostrar, que todas las sartas de mentiras que ha dicho, eran reales y de ese modo callará al resto de la sociedad que lo abomina…
Allí si, que no habrá rincón donde esconderse, porque así se viva en países donde no pasaría nada, no estarán exentos de la lluvia ácida radioactiva, que hará que las pieles de millones de niños se llenen de pústulas y poco a poco, TODOS DEJEMOS NUESTRAS PIELES (literalmente) en los suelos.
Siento para mi desesperación, cuando oigo hablar a ellos (padres, hijos, nietos…MIS AMIGOS Y AMIGAS) que les debe de dar lo mismo y ser capaces de ver pasar lo que sucede, por eso no se aferran a nada.
Lo han tomado como una rutina. Eso, si esos padecimientos no suceden en las puertas de sus casas.
Por eso estoy convencido que esos chicos que creen que siempre serán cuidados, jovencitos, monos y envidiables, crecerán, se harán más viejos y más vulnerables, y es aquí donde reside la importancia.
Si saben manejarlo o prevenirlo, con la edad que sea la que tengan, sabrán que se puede acabar con las mendaces Y CONTRIBUIR A QUE TENGAMOS UN PLANETA Y UNA SOCIEDAD MÁS SABIA. MEJOR, NO LA QUE SE REPITE CONSTANTEMENTE, CON EL “Ande yo caliente, ríase la gente”.
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(esto dá para rato…)

miércoles, 1 de marzo de 2017

AY!...MALDITOS CELOS!....



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Ilustración de PAULA BONET


Hablar sobre los celos es todo un dilema, y saco a relucir el tema, por una larga conversación que tuve hace poco.
Es como si quisiéramos hacer una tortilla sin romper un solo huevo. Qué dilema!

Evidentemente, cuando en una familia, como la mía, hay dos hermanos varones más mayores al que nace, siempre habrá uno que tendrá celos, y cuando estos pasan de ser un estímulo, se convierte en un problema serio.
A mí me pasó y me pasa con mi hermano del medio, que aún vive. Pero jamás reconocerá que siempre tuvo celos de mí.

Tema que no contaré, porque a pesar de todo, es mi hermano y, aun lo respeto, por esa cosa de que es mayor que yo, aunque aún tiene esos arranques de niñato mal criado que dan ganas de matarlo, resucitarlo y volverlo a matar. Como en un bucle temporal.

Intentaré escribir una tesis muy mía y breve sobre esto, para dar una respuesta a un problema concreto de la sociedad. No escribiré una novela pretendiendo representar la vida con sus contradicciones.

Voy a plagiar a una frase de Umberto Eco, cuando dice:
“Para narrar algo, uno comienza a crear un mundo que debería ser lo más exacto posible, de manera que pueda moverse en el con absoluta confianza” …

Es entonces cuando comienzo a pensar que cuando los celos son estimulantes, está todo bien, evitan la monotonía. Pero los celos rencorosos, esos que se sacan a relucir ante el mínimo intercambio de ideas diferentes, esos son los que generan conflictos gravísimos.

Los seres humanos, nacemos y necesitamos sentirnos únicos en nuestros primerísimos años de vida.
Únicos, exclusivos y deseados por todos.

Por eso suele suceder que cuando nace un hermano, aparece un rival, que será el que competirá por el amor de sus padres ya que, en esos primeros años de vida es cuando se resuelven los celos y esa circunstancia marcará el tipo de relaciones que tendrá con los vínculos y, con el resto de la gente.

Y aquí vamos con el tema “celos en la pareja”.

Los llamados “celos normales” ayudan incluso que una pareja sea más erótica, porque se siente más necesitado por la otra parte y, desde el deseo, con esos “celos normales” se llega a no caer en la monotonía que suele haber en las parejas.
Amando es creer en la otra persona, valorarla, tenerle confianza, y admirarlo/la.
¡Es lo normal! El temor a la pérdida del ser querido y el miedo por no poder conservarlo y, prudentemente ayudan a motivar y enriquecer ese vínculo.

Por la otra parte, el exceso de preocupación, ya pasa a ser más que amor, posesión.
La posesión manipuladora de personas inseguras y dependientes, donde como dijo un amigo mío: 
“tengo que llamar a mi ex para que me diga dónde mierda están las sábanas!!!” …

Son personas que sufrieron o sintieron que sus padres no lo querían del mismo modo, que al recién llegado al seno de una familia.
Por aquí pasa el cuento de mi hermano…

Lamentablemente, estas personas, hacen interpretaciones irreales de muchos aspectos de sus vidas, porque creo que, es allí en esas edades donde los celos delirantes, logran que esa persona sea con el tiempo un ser apagado, y siempre a la defensiva.
Lo importante en esos casos, es evitar los sobreentendidos, dejando claro que no hay rivales, reflexionar sobre esto, ver qué le pasa al otro, contenerlo, contenerse, preguntarse en vez de preguntar o contestar airadamente.

En fin, y para cortarlo acá,

LOS CELOS SON UNA MIERDA…

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Ilustración de PAULA BONET