sábado, 1 de octubre de 2011

Su Majestad, La Reina Elizabeth II...




Hace mil años, cuando yo era un jovencito y me rodeaba de personajes excéntricos y avant-garde, que fué por entonces que conocí a una señora de rancia estirpe inglesa, que decía que ella no leía jamás...que a ella, le leían...

Se lo dije en broma a uno de mis roomies y no se si lo tomo en serio o lo tomo como de quien venia, o sea de mi, que un día viéndome pelar cebollas, me pregunto si no había nada que me hiciera llorar, y le contesté:

..sí, 25 centímetros por el culo!...

Volviendo al tema en cuestión, yo me pregunto, qué pasaría si algunos de los personajes contemporáneos, como la reina de Inglaterra leyeran cualquier cosa?

Muy cerca de la casa londinense donde se suicidó la poetisa Sylvia Plath vive uno de los mitos vivientes de la escena británica. Alan Bennett, considerado "tesoro nacional", y continúa la rica tradición literaria del humorismo inglés.

Sus elegantes maneras, aunque parezca en todo momento a punto de cometer una excentricidad, esconden a un sutil observador de los meandros de las relaciones humanas, a través del catalejo de la ironía.
A ratos parece un cruce de los Monty Python y Harold Pinter.

Imaginemos lo siguiente, de quien ademas soy un eterno enamorado.

Un día, persiguiendo a sus perros por los jardines de Buckingham Palace, la monarca descubre, junto a las puertas de las cocinas, la furgoneta de la biblioteca móvil municipal y decide llevarse un libro prestado.
A partir de ahí se le despertará una fiebre por la lectura que irá cambiando sus intereses y conversaciones, provocando el estupor de sus colaboradores o de los jefes de Estado que la visitan.

Tras leer a Bennett, Isabel II es, más que nunca, Su Graciosa Majestad.

Y como mi relación con Virginia Wolff es bien conocida. Me gustan sus cartas, era muy buena escritora epistolar y de diarios, mejor que cuando se ponía a escribir novelas.

Y así, quise imaginarme qué sucedería si, de repente, la reina empezara a leer.

No existen constancias que la Reina lea, nadie lo sabe. No existe constancia de que lea ni, por supuesto, los títulos.
Es una pena que no se sepa, ¿verdad? Tal vez sea injusto con ella, y lee más de lo que creemos...

Los ingleses en general sienten mucha simpatía por ella, y es algo bastante genuino. Yo siento que ella vive una vida demasiado circunscrita. Su relación con el resto de la gente se limita demasiado a lo que marca el protocolo, y se relaciona con gente que la trata con guante blanquísimo.
Eso no la hace interesarse por otras cosas.

Su entorno la aleja de la cultura. Es distinto de lo que sucede con la Reina Española, la Reina, Sofía, que es más intelectual, le gusta leer y las exposiciones de arte.

Hace poco, Sofía tuvo un encuentro con intelectuales y pensadores y se interesó vivamente por sus opiniones y conocimientos.

Pero la realeza en Inglaterra ha creído, a lo largo de los tiempos, que mostrar cualquier preferencia por una sección de la comunidad por encima de otra es dividir al pueblo.
Cuando uno lleva a cabo este planteamiento, se convierte en una pantalla en blanco porque no debe mostrar preferencias ni gustos, pierde su personalidad, no puede decir ni siquiera si le gustan o no las carreras de caballos.
Los reyes británicos no tienen hobbies ni aficiones. Su trabajo se lo impide.

Ustedes a estas alturas deberían saber que me fascina escribir sobre viejas damas excéntricas, sobre gente que está como fuera de sus propias vidas.

Y la reina es alguien muy distante de la vida que le ha tocado vivir.
Es alguien muy convencional que, simplemente, hace bien su trabajo y que, me imagino, dentro de mi imaginación intrínseca, que después de encontrar ése libro, poco a poco va adoptando un comportamiento más excéntrico o inusual, al atreverse a tomar decisiones propias, dejarse guiar por su propio criterio.

Obviamente, todo esto me lo imagino hasta con quien es inalcanzable, porque a mi me interesa mucho el tema del destino, que nos marca para siempre o que podemos romper si nos decidimos a ello.

Yo creo que esto me viene de mis padres, a ellos les hicieron creer que el trabajo que hacían les determinaba de por vida, que les condenaba a vivir de una determinada forma en un determinado lugar, donde nacieron.
Es por eso que me interesa la idea de que la gente puede escaparse.

La huida… es una idea bella, ¿verdad?

Solamente es terrible, si nos persigue un serial killer!!!! Y hablo de la huida de uno mismo, de sus tormentos, de sus angustias, padeceres. En definitiva, del huir de aquello que sabemos nos hace mal, y así cambiamos nuestros destinos, sino viviremos una vida antojadizamente miserable...

Me dicen que siempre hablo de mis padres, y que creen que los exploto, pero es que los padres son la única fuente, realmente auténtica, de la experiencia de una persona y que ademas escribe bien, otras solo estupideces y mas allá, por el fondo, recetas...

Mi admirada y amada madre, siempre me dijo, que cualquiera que haya sobrevivido a su infancia y conseguido llegar a los 18 años tiene ya suficiente material para escribir durante el resto de su vida, y es verdad.

Por eso, en éste, mi blog, me encantaría que tuviera el poder para cambiar y enriquecer nuestra vidas.

Puede que no en todos los casos se dé de un modo tan dramático, pero creo que leer transforma tu vida, como el viajar a lugares donde uno no tiene ni idea, que mierda hablan, porque éso abre puertas insospechadas, particularmente en las situaciones opresivas, ya sean personales o políticas, individuales o colectivas. Genera dudas, despierta preguntas…

No me gustaría escribir una critica sobre la reina de Inglaterra, en todo caso con sus consejeros, con ellos sería la pelea.

La mejor sátira proviene del afecto. Siempre cae simpática la gente que es capaz de sobrevolar por encima del resto, y a la vez estar por encima de la vida de los demás.
Saber poner distancia muy bien.

Y me imagine a la Reina, que aprendía a leer, porque a ella, como a la excéntrica de mi amiga, siempre le leían, y Su Majestad, lo hace en la carroza mientras saluda con la mano al mismo tiempo, empieza a darse cuenta de lo mal que le escriben sus discursos, realiza comentarios inoportunos a otros jefes de Estado y sus famosas carteras que jamas abandona, solo lleva un libro, y un pañuelo de encaje con el escudo Real, bordado en hilos de oro...

En cambio la familia real española resulta también simpática, pero con otro estilo, aunque no son amados por la gente.

En cambio en Inglaterra, es inconcebible un país, sin reina o princesas catrambolescas ( rocambolescas es otra cosa).

Imaginemos por un momento, que el libro que encuentra la reina es “A la caza del amor” de Nancy Mitford, y ésa es la que ella lee y le despierta una explosión de emociones.

Me encantaría inventarme un diálogo, de la reina con sus perros, porque los perros de la reina nos caen mal a todos.
Y la reina lo sabe.
Ninguno de sus asesores ni familiares despierta tanta antipatía como esos perros.

Y me encantaría saber escribir diálogos, porque los encuentro de una manera artificiosa de decir las cosas, y hasta el disparate Inoesquiano es interesante, porque hay que ser muy hábil, para crear un ritmo en la narración y se debe tomar una cierta distancia ante lo que pasa y eso se nota demasiado.

Por eso, me encantaría inventarlo, entre la Reina de Inglaterra y sus perros y el resultado podría ser maravilloso.

Y lo digo con todas las letras...
Soy monárquico al estilo Ingles, y creo que debo de ser el último que queda.

Por la sencilla razón de que cualquier cosa que reemplazara a la monarquía sería peor. ¿Cómo escogerían a la persona que la reemplazara? ¿Qué tipo de persona sería? Sería un error situar a un político en la más alta jefatura del Estado, con todo su poder simbólico y de unidad.

¿Se imaginan? ¡Los ingleses hubieran tenido a Tony Blair de presidente de la república y a su esposa, cara colorada de payaso como primera dama!
Eso hubiera sido terrible…

Sí, soy monárquico, y me creo ese discurso que hay por ahí, donde dice que cuestan menos, que los políticos de lujo y muchos de sus secuaces, que tienen muchos países y cuyos presidentes ni siquiera se toman el trabajo de aprender ingles, en el tiempo que estan en el poder!!!!!
Si a mi me tocara, saldría del poder presidencial hablando Arameo!!!!

Todo ese montón de deberes y obligaciones que asume la reina son una carga enormemente pesada para cualquier otra cabeza, no podríamos encontrar a nadie que lo hiciera de esa forma, que fuera capaz de no mostrar a la gente lo que realmente piensa para tener legitimada su autoridad.

Un político pretendería imponernos groseramente su manera de pensar, no se esforzaría por captar la nuestra.

Bush es un ejemplo de esto.
Un presidente de la república británica acabaría como Ceaucescu, con la gente invadiendo su palacio...
Si uno toma decisiones y manifiesta opiniones que pueden ser objeto de protestas, entonces ya es otra cosa, no es la misma función que realiza un rey.

El de monarca es un trabajo muy duro, algo que proviene de otra época y que resulta de interés conservar.
Es un trabajo tremendamente aburrido para alguien que haya sido educado normalmente en esos deberes, todos esos actos, paseos, besamanos, saludos… y que desde pequeños saben que serán monarcas...

Ademas convengamos que para la Reina, las diferencias sociales, raciales, sexuales o políticas, carecen de importancia, porque no hay mayor diferencia que la que existe entre ella y el resto de los británicos.
Eso es así.

Es alguien diferente al resto del mundo, situada en otra dimensión.
Se dió el caso de que Margaret Thatcher, en una recepción en el palacio de Buckingham, se puso el mismo vestido que Isabel II. ¿Se imaginan?
Cuando la primer ministro volvió en otra oportunidad a palacio, lo primero que hizo fue disculparse enormemente ante su majestad, quien le respondió serenamente: "Su majestad nunca se da cuenta de la ropa que lleva la gente".
Lo encuentro maravilloso…

Por eso es impensable en el Reino Unido, que un primer ministro como Blair quien perdió la confianza de los británicos estableciendo una relación de vasallaje con George Bush, que le llevó a contarnos muchas mentiras para que se aceptara su decisión de ir a la guerra.

Eso ha dejado una herida profunda en toda la sociedad mundial, y ni hablemos de Aznar o de Berlusconi!!!!

Incluso yo fui uno de los tantos en el mundo que fue a las manifestaciones contra la guerra de Iraq, cuando hacía décadas que no salía a la calle a pedir algo.

Fué impresionante la cantidad de gente que salió a la calle, lo cual hace todavía más extraña la historia de amor de Blair, Aznar, Berlusconi y Bush.
Fue un amor loco, que les privó de sus sentidos, incluso del de supervivencia, tan básico en un político¡Qué desastre!...

Hay pocas cosas más placenteras que escribir, porque uno se imagina a un lector que está solo ante lo que he escrito, estándolo yo también...

Es mágico, es una relación mucho más personal y profunda que la que estableces en otras relaciones mas pueriles.