jueves, 24 de junio de 2010

La dulce ancla, que me tenia atado a éste blog, tra-su-lag ( trabajo, sudor y lágrimas), ya no está más…

Mi madre emprendió el último viaje, y con ella, mis recuerdos serán intensos, pero solo para mí y lo que quede, quedará en la historia…

Ya no tendré a quién consultarle, lo que mi memoria me trae y todo será como un álbum de fotos viejo, polvoriento y amarillento, descubierto en un altillo donde solamente, me tendré que conformar en hojear las fotos del mismo, y lo que el recuerdo arrime…

Mi viaje a Buenos Aires, fue rápido y fulminante, sólo Dios sabe porqué y para qué hace las cosas que hace, pero tengo el alma en paz, y pude despedirme de mi viejita querida…
A la que le dí besitos hasta cansarla, y pude abrazar hasta que su corazón dijo basta, y decidió irse a disfrutar una nueva vida con mi papá, el amor de toda su vida, y todos los que ella amó intensamente, y están donde quiera que estén…

Solo me queda la tristeza, que no haya sido como me hubiera gustado, en la tranquilidad de su casa y la paz de su cama, y que yo hubiera estado en el momento preciso, para poder cerrarle los ojos, y despedirme de ella con un “hasta luego”…

Allí, donde estés, mamita querida, y como te dije antes de irte, quiero repetirte hasta que nos volvamos a ver, que me siento orgulloso de haber sido tu hijo, y de haberte tenido como madre…

Solo me queda seguir adelante, y saber que cuando me toque mi turno, vas a ser vos, y papá, los que me esperaran con los brazos abiertos, y me guiaran, para no tener miedo…

Hasta pronto, vieja…Para vos, el tiempo que quede puede durar lo que un suspiro, y a lo mejor, para mi también, o nó…Andá a saber…