domingo, 13 de noviembre de 2011

SORPRÉNDEME!!!!...

La magia es una buena receta para el pesimismo que impera en estos momentos...
La magia es muy buena.

Ayuda a los seres humanos a darse cuenta de que todavía pueden sorprenderse, reírse y olvidarse por un rato de todos sus problemas.

Pero la gran pregunta es dónde está la magia...Creo que es la hora que debemos aprender a usar las grandes ilusiones de nuestras vidas, y ponerlas en practica.

Las ilusiones que son limpias, esas donde no se tenga que manipular nada. Ser lo mas natural posible...Y es en la magia, donde hay mas poder, en la ilusión, pero no la de las sucias como las llamo yo, donde uno manipula la voluntad o las ideas al antojo del que sorprende a la gente...

La sorpresa que provoca la magia, es seductora, y la capacidad de sorprender a la gente, conectar con ella, a mi no me hace falta trabajármelo mucho para arrancar una sonrisa.

Es muy gratificante que con tan sólo un pequeño gesto un niño o una persona adulta reaccione bien y sonría!!!!.

Uno puede ser Evita, Hitler, Jackie Kennedy, El papa de turno, solo basta tener ilusión, ganas de sorprender y no vivir inmersos en el mal rollo de la humanidad...
Pero esos personajes que acabo de nombrar, por ejemplo, son personas que tuvieron vocación de liderazgo, capaces de llevar adelante sus convicciones, con ese carisma necesario, para convencer a otros...

Pero debemos reconocer que en esta vida puedes creerte el mantra del capitalismo salvaje ("Tú haces con tu vida lo que quieres"); el del integrismo ("Dios hace contigo lo que quiere") o el de Chejov..."Haces con tu vida lo que puedes": la vida es una suma de buena y mala suerte a la que te vas adaptando con más o menos acierto.

Reneguemos de estas máximas y recuperemos la sorpresa, la magia, la alegria, la determinación de reírnos de nosotros mismos, pero requiere aprendizaje, esfuerzo, constancia y paciencia.
Una buena nada no la hace cualquiera así sin prepararse. A mí, por ejemplo, a los tres días de dura vagancia, me vienen ganas de escribir.

Por eso pido por favor, que sea alguna otra persona la que me sorprenda, porque yo creo que sorprendo bastante, de hecho muchos me dicen que soy “un loco lindo”....

Yo no estoy loco: ¡estoy psiquiatrizado y diagnosticado!

Hay mucha gente que está como una puta cabra... pero sin diagnosticar. Y dirigen diarios, teles, bancos, clubs de fútbol, países...

“La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco”, decía Dalí.

Un loco es un hipersensible al que le duele la realidad hasta lo insoportable.
Pero la ciencia médica tiene sus criterios y sus protocolos.

Discutible: ¿quién traza la línea entre cordura y locura? ¿Y por dónde la traza? ¿Y por qué? ¿Y por qué ahí y no allá?

Yo he aprendido a estar triste sin sentirme culpable, a decir a los amigos “hoy estoy triste, prefiero estar solo”, sin disimulos, sin avergonzarme por ello...Y no pasa nada!!!...

Hoy estoy así, un poco loco, otro poco triste, pero no loco por eso, pero si digo todo lo dicho anteriormente, me dicen “estas de atar” y porque?

Entonce acá estoy en mi mejor refugio, que es escribir, porque el que escribe puede decir “la luna me mira y entablamos un dialogo” o “la noche me habla, los grillos me responden y las luciérnagas me iluminan el camino” sin que por eso me encierren...

La poesía, la escritura, la novelistica, es vecina de la locura, pero como es sólo poesía... no te encierran!!!...¡Es mi mejor terapia!

La poesía puede sanarnos, alivia mucho ver fuera de ti lo que antes estuvo dentro. Ahí puedo hablar con todo detalle y sin pudores del sexo, el dolor, la muerte, el insomnio, la locura, la risa...

Y con la risa, me río de las cosas terribles que me han pasado, y eso me ayuda. El humor redime.

Por eso a veces cuando me pregunto, qué es la locura, suelo contestarme que no existe.

¡Llamamos locura a lo que le pasa a gente que sueña despierta!

Y me pasa que muchas veces mientras sueño en el autobús o en el metro, me veo en una casita en el campo, con un huerto y con mis personas queridas, gozando de lo importante de la vida.

Sabiendo que lo importante de la vida, es sentir que amas y sentirte amado...

sábado, 12 de noviembre de 2011

A quién me parezco?....

Cuando murió mi madre, no había sol, hacía frío...
Mi madre falleció de muchas cosas.

De vieja; con alzheimer; con un derrame cerebral fulminante; en estado comatoso e inconsciente, pero en paz, reconociéndome solo tres dias antes de morir...

Como yo no estaba en los antes, ya saben, resido en Barcelona, me contaron que hacia tiempo, se le daba por airear viejos álbumes de fotos, y cajas donde guardaba la historia de la familia, tantas veces contada por ella a mi hasta el infinito, y en farfullar una letanía ininteligible, mientras miraba un retrato tras otro, como si estuviera despidiéndose de los muertos, en lugar de hacerlo con los vivos, o seria que los quería recordar, para cuando los volviera ver, según nuestras creencias?...

...”Vieni quí, Osvalduccio”...mientras me hacia un hueco en su cama y me calentaba con la palma de las manos el lugar.

...A ver, ¿a quién te pareces?...

Siendo un crío jugábamos a ésa costumbre, en la que me tocaba, que ella identificara la curva de mi nariz, el rasgo de mis ojos, mi corte de cara, comparándola, siempre con alguna foto, elegida al azar de algún antepasado, y siempre e invariablemente, era la viva imagen de mi bis-abuelo

o

...“ si te pongo tetas y un rodete,eres mi madre!!”...

Claro, lo que siempre le llamaba la atención, era la foto de su bis-abuelo, o sea mi tatarabuelo, o la mirada de mi tía abuela Margherita...

...”ahí está, ves?”...

En la mañana temprano, sus amigas aporrearon la puerta de la casa, para que les diera cuenta de los últimos suspiros de la mujer, lo que agradecí, porque aunque uno asuma que es su deber enterrar a sus padres, cuando nos toca, se sufre un buen y largo rato, la pérdida, es tremenda, y más cuando se va un padre o una madre, que amas y que son tus amigos!!!!...

...”Llamaste a don Florentino para que le rezara y la acompañara en el último transito”???...

...”Ustedes creen? Ya le han suministrado los santos oleos...

...”Más reconfortada se irá la pobre”...

Y con esos mofletes rozados por el frío, me lanzaron en busca del pastor...

Encontramos a don Florentino, limpiando sus geranios de hojas muertas, afición que compartía con mi madre, y cuando me vio cruzar el patio se puso pálido...

...”Yá?”...

Preguntó lanzando la regadera de hojalata al suelo, y le conteste llorando, que eso era mejor que lo viera él mismo...

El pastor se había arremangado la camisa, y el guardapolvo gris, y así creería que cojería más prisas que yo, y llegaría antes, aunque lo hizo echando bofes, y con cara de susto...

...”Dejame un rato a solas con ella”...

Y don Florentino, cerró, la puerta de la habitación, y hasta que no transcurrió una media hora eterna, no la volvió a abrir.

Cuando entré mi madre tenía, una sonrisa que a pesar de andar mas en el otro barrio que en éste se la noté nueva y brillante, con un semblante en paz...

...” a ver, que ahora sí que vas a encontrar el parecido”...

Y tomándome de la mano, y depositándome en ella una fotografiá, vi que era la de un joven igual a mí, 40 años antes.

...”A ver ¿de quién va a ser esa nariz, hijo mio?...
Me preguntó el pastor, quien había agarrado con la mano una foto que ella tenía arrugada entre sus manos, mirándome entre lagrimones...

...”mía, don Florentino, mía”...

Y ahí me di cuenta que mi madre, por fin había pasado a mejor vida, sabiendo, a quién me parecia, y ella descanso por fin...

sábado, 5 de noviembre de 2011

El Obsceno mundo distraido

El timbre del “fasten seat belts” me despierta de mi sopor...Y los oídos se me tapan con el escándalo de los motores del Airbus...

Acabo de llegar a Nueva York. Hay nieve, la vieja hermosa ciudad ofrece el sol gris que convierte en blanco y negro los campos que la circundan por New Jersey.

Ya dentro en el taxi, que me lleva a Manhattan, consulto el correo electrónico, busco con afán las noticias que vienen de Roma o de mi país, o de mis seres queridos.

Voy preocupado porque he extraviado, ¡otra vez!, mis gafas de leer, con las que he leído libro y medio en el avión.

Cuando me senté ante el ordenador busco, otra vez con afán, noticias de Egipto, de España, de Europa, y de cine...

Observé que un amigo me había reclamado como amigo en Facebook (¡pero si ya éramos amigos!), y entré en ese batiburrillo incesante de amigos que quieren amigos y más amigos, como si esa fuera una cucaña interminable de nutrientes bajos en calorías, la amistad automática que se obtiene por un clic y ya está, a otra cosa, a otros amigos igual de automatizados.

En esa búsqueda, que interrumpí para seguir escribiendo un texto que me asalta como la buena o como la mala memoria, di con un reportaje, sobre un mundo distraído, que hoy publican en el New York Post, sobre la influencia que tiene sobre nosotros esa urgencia obscena con la que vamos de una incitación de Internet a la otra, esa obsesión que nos impide mirar las ciudades a las que acabamos de llegar porque estamos mirando qué pasa en otros lugares gracias a la diabólica conexión perenne que depende del dedo índice de la mano derecha.

El reportaje se titula, Un mundo distraído.

Un mundo que nos está distrayendo de la vida.

Imagino que si uno dice cuidado nadie lo tomará como el grito de un reaccionario, pues la paciencia, la búsqueda paciente del saber tranquilo, puede resultar revolucionaria...

Y entonces hago memoria de mis contactos extraños, lejanos, con gente que dice estar sola, a pesar de tener una pareja, un novio, una amante. Alguien al lado, con quien estar tumbados mirando tele; o hablar de lo caro que está todo; o de cómo conseguir un pasaje de avión barato sin hacer trampas...

Y de mis entrañas surge el rugido de un león revolucionario, y mientras el taxi-driver, con turbante, que esconde Dios sabrá qué allí dentro, me dice:...Sir, your destination!”...y mi león pega una sacudida de melena...

El viento otoñal, sopla frío y de mi boca salen bocanadas de humo invisible, trato de no resbalar, en el hielo escarchado de la primera nevada, los pocos metros que me separan hasta el lobby...

Dios mio!!!!...una larga fila de turistas japoneses, en silencio esperan a ser dados de alta, mientras cuchichean, siempre cuchichean, sin perder la compostura, y la eterna sonrisa...

Decido sentarme en lobby bar y escojo una mesa que dá sobre Columbus Ave. y miro al exterior y me sumerjo en mis pensamientos, delante de un humeante "capuccino"...

Y me di cuenta en mi maraña de pensamientos, los que como en una pesca de patitos en la kermesse voy pescando y elijo uno que me perturba un poco.

Que loco está quien confía en la mansedumbre de un lobo, en la salud eterna de un caballo, en el afecto o amor de un muchachito, o en el juramento de una puta...

Y estas cosa me pasan a mi, ¿solo a mi ?
O es porque aun creo que el príncipe azul, llegará en su corcel blanco...O será que se le murió en el camino????

Pero estoy en New York, donde todo es posible, y se me cruzó por la cabeza comprarme una peluca, ¿porqué no?, así me sentiría como las putas. Falso, mentiroso, y podría ocultar la verdadera identidad de mi álma, que un día de lluvia, mira por la ventana y sus lagrimas se confunden con el goteo en el cristal.

De repente siento que alguien me toca el hombro y me dice amablemente ¿“may I help you” ?

Ostias! Los japoneses ya no están mas! Cuanto llevo aquí ensimismado en mis
pensamientos, o acaso fueron chekineados, con la misma rapidez que tienen en esa nación para resolver sus problemas????...

Subo a mi habitación, luego de la rutina del check-in y en un amable “Welcome to New york”, tiro todo sobre la cama, y vuelvo a abrir la pantalla del ordenador, total, ya tendré tiempo desde el piso 47, acojonarme con la vista de esta fantástica ciudad...

Y me doy cuenta que en España, ya es sábado tarde/noche, y se ve el rutilante centelleo de luces verdes, de sitios de citas, buscando compania, un polvo, o una charla de café...Aquí, aun debo ver que comeré, y seguro me pediré un “american sándwich”, antes de salir a la calle, y taparme hasta los ojos, como si llevara un burka de prendas de lana, pero en las lucecitas verdes de la pantalla de mi ordenador, no están los que yo quiero encontrar, ésas dos o tres personas, quienes como las putas, te hicieron creer que ésa noche de sexo único, supremo, se convertiría en una suerte de juramento de amor eterno, y entonces cierro de golpe mi ordenador, y mi león vuelve a rugir...

El edificio tiembla...