viernes, 23 de septiembre de 2011

Erre que Erre o Dale que Dale...

Dale que dale, y yo sigo descubriendo cosas!!!!!

Cuando uno descubre o se da cuenta que, otra vez mas, está peleado con el mundo, hay que vencerlo de algún modo.
Tengo las herramientas, pero ahora, no sé si tengo ganas de emplearlas, pero si vienen bien les paso las que yo se que, positivamente, debería aplicar...

Lo primero que hay que entender es que hay una forma de cambiar el pasado liberando las energías que nos atan con otros seres con los que hemos mantenido relaciones estrechas: la familia, las ex parejas y los amigos. Cada vez que tengo una relación emocional con alguien y es fuerte y es negativa, intercambiamos emociones y energías.

Básicamente porque eso nos deja atados!!!!

Así que si odiamos a nuestros padres, por ejemplo, nos convertiremos exactamente en ellos, viviremos su vida.
Eres libre de lo que amas y esclavo de lo que rechazas. En este mundo todo viene en parejas: si quieres el bien tienes que aprender a vivir dignamente el mal; si quieres salud tendrás que abrazar la enfermedad, vivirla con calma y alegría.

Difícil...Ya lo sé...

En ese juego entre la luz y la oscuridad, si estamos en nuestro centro, la ira es sagrada y conduce las energías del espíritu. Pero, si no estamos en nuestro centro, la ira o cualquier emoción puede causar destrozos.
No hay emociones positivas o negativas.
En tu centro, la ira, la tristeza, cualquier emoción es rica y productiva.

Y qué es el centro?
El lugar de la sobriedad, en el que las emociones no nos dominan. Estamos en un mundo en el que no sólo la cabeza ha causado estragos, también el corazón. Ya basta de tener el alma en el corazón, el alma hay que bajarla a las tripas.

Tiene que haber una espiritualidad instintiva, sin razón y sin sentimiento, en el sentido de no mover las emociones ni la mente.

Algunos podrán pensar que es controlar, pero controlar no significa reprimir, que es lo peor que uno puede hacer; significa llevar nuestra vida desde el interior. Lo importante es entender que los cambios del juego de la vida no deben mover tu realidad, deben mantenerte sereno, sensato.

Eso quisiéramos todos.

Cuando dos personas se juntan, la vibración de ambos tiene que unificarse, o tú bajas a que te duela lo que al otro le duele y entonces a los dos os duele, o tú te quedas en tu lugar sereno mientras el otro sube de frecuencia. Tú tienes que mantenerte en tu centro y respetar al otro.

La vida hay que cambiarla en el instante, cuando surgen las emociones negativas es el momento de recapitularlas. Hay que entender que en nuestros miedos se encuentra nuestro poder. En lo que tenemos oculto en el cuarto de los trastos no sólo está nuestra sombra oscura, lo que más tememos, también está nuestra sombra dorada.

Es el dios que somos, el poder de los dones internos que están ahí dentro escondidos.
Cualquier cosa que rompa la lógica mental hace entrar en las sombras, por eso hay procesos de catarsis muy sofisticados o simplemente directos, como un retiro en la naturaleza cuatro días sin comer ni beber.

Si no, habrá que esperar a que una enfermedad grave, la muerte de un ser querido o tantas injusticias como hay te saquen la sombra y no tengas más remedio que verla.

Uno tiene que volver a entrar en el dolor que la oscuridad le causó: si en otro tiempo la locura te rodeó y estuviste a punto de perder el control, tienes que volver, pero con más conocimiento. Si no, no resuelves nada, sólo lo guardas en el cuarto oscuro. Tú ya llevas todo aquello en lo que puedes trabajar dentro de ti, en tus miedos. Cuando entras en tristeza, cólera, depresión, no te vayas a tomar unas copas o al cine, enciérrate con esa rabia, déjala salir, escúchala.

Quien más miedo tiene más sombra tiene, quien más hostil y violento es más la reprime. Le diré algo importante: primero hay que controlar la sombra y segundo poner conciencia en la sexualidad.

Ya es hora de que los hombres controlen su sexualidad. No hay que confundir eyaculación con orgasmo masculino. El orgasmo está fuera de la eyaculación y el amor debe durar más de media hora para que la mujer se entere de algo. La eyaculación es un acto egoísta de lo masculino.

No haré comentarios maliciosos...
El tantra o ciertas partes de la sexualidad sagrada enseña a fundir los corazones. La propia sexualidad guarda el camino más directo hacia la fusión con todo. La eyaculación debilita al hombre, y a las mujeres las debilita su caída en el caos emocional.