EL MISTERIO DE LA EMPATIA

dibujo de Edward Gorey

Con los perdedores, con esos uno aprende las circunstancias de la vida.

Con los ganadores, es una quimera, ya que por una suerte o un golpe de timón te contaran otras historias.

Un perdedor es como un camaleón que se transforma en otros y vive la vida, lo menos marginada posible, a no ser que se le levante la chapa de la corteza cerebral y viva allí, tirado en el banco de una plaza.

Los perdedores son como la cabeza de turco, esas que provocan conmoción, y que terminan desenmascarando una sociedad racista y abusiva, donde los ganadores no tienen ninguna clase de escrúpulos. Esa sociedad opulenta y bien pensante.

Como ocurre por este continente, con los pobres refugiados que, de ser en muchos casos, profesionales universitarios; doctores; científicos, etc.; han pasado a la categoría de perdedor y para colmo, un perdedor paria.

Habría que deslizarse en la piel del otro, eso enseñaría mucho ¿verdad?

Un fenómeno mundial, que recién comienza, y que con los años venideros será una catástrofe mundial.

Emigrados por las guerras, por las hambrunas, por las ciudades costeras inundadas por el calentamiento climático; la falta de agua, la desertificación de muchos países (España incluida) ...

Yo creo que las vivencias directas contadas por un perdedor, sirven para desarrollarse intelectualmente y como persona.

Ver lo que sucede a tu alrededor, vivirlo en primera persona y contarlo.

El tiempo hará que las cosas cambien.

Una vez oía la conversación de un tipo, que cuando hizo el servicio militar, escribía sobre las prácticas abusivas del ejército y termino internado en un psiquiátrico del hospital militar para acallarlo. Castigarlo y desacreditarlo.

Hoy en día, se practican cosas semejantes de diferentes modos, uno de esos modos, es internet y sus webs.

Sin ir muy lejos en el tiempo, por ejemplo, Facebook o no se quien mierda (no tengo nada de todas esas aplicaciones, ni pienso tenerlas, ¡eso espero!), había censurado imágenes de madres dando la teta! ¿Eso no es más o menos lo mismo?

El otro día leí que, cada día, se conectan a las webs más de ocho mil millones de personas.

MÁS DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

Nos callan idiotizándonos.

¿Que identidad forja eso?

Tenemos que ver, vivir y contar, como hacen algunos periodistas y no limitarnos a Google.

¿Estamos preparados para que no nos traten como individuos, y seamos genéricamente un algoritmo?

A mí me hace pensar que el solo hecho que mi nombre, sean números unos y ceros, me provocaría pesadillas si le diese al run run en mi cabeza.

¿A ustedes no?

Yo creo que lo único importante de internet es que solo sirve para mejorar algunas cosas, pero no para solucionarlas, eso lo hacemos nosotros los seres humanos. Sino entraríamos en otra categoría de perdedores.

Se que los efectos de un cambio en estas cosas serían de largo plazo, pero si todos lo hiciéramos, lograríamos más cosas de las que pensábamos, y los perdedores dejarían de serlo.

Les borrarían la sonrisa a los “ganadores” de lo efímero.

¿Conclusiones y solución?

Como sociedad debemos prestar ayuda a esas personas de manera menos burocrática, persona a persona.

No rendirnos nunca ante los lentos pasos burocráticos, luchando contra las injusticias se abrirían puertas gigantescas.

Ojo, que no estoy escribiendo esto para apaciguar mi conciencia, porque, de hecho, esas experiencias (que he realizado cuando pude y tenía fuerzas) me enriquecieron y, hoy me siento más feliz, con menos cosas y alegre porque compartiendo muchas de esas cosas, con la gente que quiero y, siendo consecuente mediante mis actos

Es el misterio de la empatía. 

Tengo muy claro que, si nos uniéramos, hoy sé que los débiles pueden superar a los poderosos, y eso da mucho coraje.

Aunque aún hay mucho por hacer y, es tarea de la gente mucho más joven que los de mi generación, que llevamos tantas décadas de ignominia sobre nuestras espaldas.

Si no se toman YA medidas, derivaremos en una sociedad de clases a una de castas intocables, y los apestados serán los que lleven mucho tiempo, sin una vida digna.

By Quino