jueves, 11 de noviembre de 2010

VIEJO, PERO LIBRE AL FIN

Las parejas no duran por sexo ni por amor, sino por respeto...

Me hubiera encantado haber sido un excelente periodista, quienes antes, era como ser muchas personas a la vez.

Tomar notas, escuchar, ver, involucrarme, o grabar en el cerebro cuando me dicen: Señor... ¡Qué elegante va! Y de nuevo tomo nota...

Ademas mi tío romano ( de Roma), era un sastre italiano artesanal, todo lo hacia a mano con sus “collaboratori”, y me acuerdo de una vez que me utilizó como anuncio ambulante de su sastrería, y yo había conseguido por lo que tanto lo volvía loco, cuando yo era un niño de 7 años, en el barrio de Pio XII...

Y será por éso, y me quedó el gusto por el buen corte, por la opera, por toda manifestación artesanal...

Ir a una opera a las diez de la mañana, a un ensayo, es el mayor de mis placeres, cosa diferente es buscar la fama, porque si la buscara, iría a un ensayo de Madonna, aunque eso a mi no me importa nada..
Me aburriría profundamente.En cambio con la opera.....mmmmm...

No sé si es porque mi viejo oía a Caruso, y mi madre a Mario Lanza, que era su primo, y que de allí, me viene ese resabio extraño con la música...

Cosas que para mi son todo un lujo: me lo pago yo con mi dinero, cuando lo tengo, porque sinó, ¿En qué me lo gastaría mejor que en hacer lo que me gusta? 

Viajar también, pero tiene sus peligros.

Entonces uno pregunta, pero a quien le interesa Caruso, y quién mierda era Mario lanza?...
A mí.

Uno si quiere hacer periodismo, hay que olvidarse de la portada, aunque el editor diga;
¡Pero es la portada! 

Yo quiero publicar en la página 30. Allí, a veces se cuela en los periódicos alguna cosa interesante que durará cuando las noticias de portada den risa.

En una portada jamás podrías contar la historia de una una niña china que calza tacos de acero y cuya abuela llevaba los pies vendados, para que no crecieran y quedasen miniaturescos.

Hasta se podría decir que seria la nota de una perdedora, pero los perdedores suelen decirnos más que los triunfadores.

Porque todos somos perdedores: sólo es cuestión de tiempo que nos enteremos. Por eso, muchos ahora se van a Pekín, con la perdedora...
¿Y saben porqué somos todos perdedores?, porque al final, todos terminamos igual...

Y si fuera un excelente periodista, nunca trabajaría con políticos...
Porque no son personas al menos mientras son políticos.
Sólo ven un medio o un obstáculo para tener más poder.

Y si escribiera, como un premio Pulitzer, podrá decir que en eso me permito considerarme diferente de ellos: ellos cobran y ascienden por ocultar la verdad - al menos la parte que no les interesa-y a mí me pagarían por buscar esa parte. 

Nunca llevaría una grabadora.

La grabadora es la perdición del periodismo. Sirven para robots que toman declaraciones - no la verdad, sino sólo declaraciones-y las vierten tal cual. No me extraña que cada vez se lean menos periódicos. 

Pero ¿cómo recordar lo que oímos?
Una cámara o una grabadora mata cualquier diálogo. Lo condiciona.
Yo aprendí a escuchar, oyendo a las clientas contar sus penas a mi Tío, mientras les tomaba las medidas...
Una vez, escuché, cómo Sofía Loren ( antes de ser Sophia, con "ph"), le contaba las penas que tenía con los múltiples embarazos que había perdido...Lo que dice cualquiera es, siempre, absolutamente siempre, noticia.

Una noticia bomba, sería decir, que llevas 50 años casados y enamorados de la misma persona...