martes, 5 de julio de 2011

CUANDO EL FIN DEL AMOR NO TIENE SU DUELO

Esto que escribo en éste, mi nuevo post de hoy, es para mi rommie, y de paso si a alguien le pasa, pueda servirle, ya que lo he pasado, y se de qué va el tema...

Muchas personas viven un amor fracasado con tal persistencia, que una vida entera no les basta para superarlo.

Enviudan sin que se les haya muerto nadie, y, con las heridas abiertas, recuerdan día a día los detalles de su pasión truncada, como si los sucesos hubiesen ocurrido ayer.

Clavados en un duelo no resuelto, mantienen un luto eterno que les impide respirar aire fresco y despejar la nostalgia. Convertidos en estatuas de sal, miran sólo hacia atrás, mientras dejan pasar nuevas oportunidades de formar pareja. Aferrados a una relación amorosa que hace rato ya murió, son incapaces de dar vuelta la hoja para vivir el presente y el futuro.

A pesar de sí mismos, se quedan pegados emocionalmente en el pasado.

Cuando se está enfermo de otro, obsesionado y desesperado perpetuamente por una relación imposible, es fácil que los sentimientos puedan confundirse.

Así, podemos creer que es amor lo que quizás sea más bien tristeza infinita o rabia por el abandono, o culpa por sobrevivirlo, o miedo al vacío, o una manera de vengarse por la traición y el agravio recibidos.

Quizás simplemente sea nuestro ego obstinado, que se niega a admitir una derrota.
Voluntariosos, nos cuesta tolerar que las cosas no salgan de acuerdo a lo planeado, o quedamos atragantados con tantas palabras y sentimientos que nunca lograron ser expresados.

Orgullosos, nos es difícil soportar que el otro viva feliz sin nosotros, menos aún aceptar que tal vez desaparecimos de su vida sin dejar rastro.

También puede ser un exceso de lealtad a una historia vivida con intensidad o simple rebeldía frente a una pérdida lamentable, o una forma particular de hacerle un homenaje a quien se quedó con nuestras ilusiones.

O quizás sean profundas añoranzas de los buenos momentos, o expectativas falsas a las cuales seguimos apegados, o un insondable hastío por todos los sueños que se nos han desmoronado, o un temor incontrolable a la incertidumbre.

Tal vez sean heridas de la infancia o los gritos acallados del pasado que sólo encuentran salida a través de una memoria obcecada.

Los duelos toman tiempo, y es bueno que nos tomemos los que necesitemos.

Pero si se ha convertido en viudo del amor, necesita con urgencia entender que es la devoción la que ha mantenido vivo este amor ausente.

El secreto para salir del laberinto de la añoranza consiste en saber darse por vencido!!!

Si deja de insistir y se retira, inevitablemente se extinguirá la pasión que desde hace mucho sólo habita en su fantasía.

Hay que aceptar, de una vez, que se perdió esta batalla.

Hay que tener voluntad para dejar ir la tristeza que nos ha acompañado con tanta fidelidad durante la larga travesía por la soledad.

Renunciando indeclinablemente a la nostalgia y regresar del sueño en que se ha estado sumergido.

Congelados, no permitiremos que otros fuegos entibien su alma. Salvo que hayamos decidido, no tener mas historias amorosas y mantener una vida monacal/pseudo-virginal.

Ensimismados, habremos girado una y otra vez alrededor de nuestras propias tristezas. Paralizados, no habremos dejado que nos ayuden los que saben, paseándonos por el mundo con el rostro incólume y la excusa perfecta para no comprometernos, repito, salvo que tengamos claro que esto es lo que queremos, y que no sufriremos, por ésta decisión, ya que hay que tener huevos para tomarla...

Habremos dedicado demasiadas energías a esconder el corazón destruido, transformándolo en un escudo impenetrable.

No desperdiciemos la enorme capacidad de amar y si es lo que se quiere, entonces hay que abrir las puertas a nuevas presencias.

Pero ojo. Tengan cuidado, porque el dolor distrae y fácilmente se vuelve en costumbre.
Para todo hay un límite en la vida, también para el llanto y la espera.
Sequen las lágrimas que aún quedan en sus ojos; encontrará la calma.

Dejen ya de vivir agonizando, sepulten las ilusiones sin destino y cubran su obstinación con tierra fresca.

Despídase de ese amor agotado y marchito, vuelva a mirar hacia adelante.

Entierre por fin a sus muertos y déjelos descansar en paz...

Al otro lado del espejo

Volviendo al tema de los chats, pero, sobretodo del juego de seducción, que muchas veces se rompe en mil pedazos, cuando uno de los “escribientes”, necesite pasar de la virtualidad al mundo tangible, es a lo que me referiré...

Cuántos meses de galanteo, en un interminable chateo de adultos, en la esperanza de no perder la ensoñación, que permiten que nos evadamos, del áspero mundo real, para aventurarnos “ al otro lado del espejo”, y respondemos protocolarmente, pero la cagada es que a partir de ese instante, se establece, primero tímidamente y después pasionalmente, una relación epistolar, en la que uno y otro irán proyectando en tinta virtual , sus anhelos y esperanzas hacia el otro...

¿Existe algo mas loco que esto?????

A veces es comparable a las almas caídas, que buscan con ahínco compañía a sus hastiantes soledades...

Pero, sin saberlo al principio, y aprendiendo a saberlo a golpe de e-mails, muchos se verán inmersos en una ruleta rusa, que dispara balas platónicas, sublimando deseos y magnificando al que está del otro lado del teclado...Cuánta peligrosidad!!!!

Ambos podrán fantasear sobre si mismos y proyectar sobre la otra persona sus anhelos, revistiendoles un aura de perfección.

Pero...Poco a poco comenzaran a imaginar que la dependencia mutua, se convertirá en una sombra que regirá sus misivas, esperando ansiosamente, y a cualquier hora una rápida respuesta...Donde una voz narrativa que, a veces se equivoca, porque piensa que doscientos quince mails de ida y otros tantos de vuelta, a veces también, pueden resultar tediosos...

Hasta que, todo estalla por los aires y deriva en “amour fou”, digno de la mejor de las maldiciones, a merced de las palabras, de la imaginación y del anestesia, un binomio, que con la ayuda de un teclado, aviva la llama de algo novelesco, en la que sabemos lo que se ha de sacrificar, en la búsqueda de la felicidad...

Una felicidad, que provocara nostalgias, orfandades, adicciones, las que sin sentido real, se genera como una forma de vida donde la imaginación, se vera reflejada ante un espejo de la realidad...

Ese será un germen...
Un germen, donde quizá sea el primer borrador de un estudio sociológico, del amor en los tiempos de Internet.
Por todo esto, tengo mucho cuidado, ya que no me permito la trivialidad o la estupidez...