jueves, 27 de enero de 2011

Ley de seduccion: no des nada al principio!!!

No des nada de ti...

Me parece un acto de soberbia decir si algo intangible existe o no existe, y pretender ser el portavoz es, ya un exceso, por eso creo que la primera ley de la seducción, es no dar todo al principio...De hecho, lo he aprendido llevándolo siempre al revés...

Sólo hay tres tipos de relaciones entre las personas: confrontación, colaboración o indiferencia.
Fin.

Por lo tanto, la magia, está solo en los matices y en nuestra capacidad de comunicación verbal y no verbal para cambiar ese escenario.
Si estamos ante un escenario de confrontación, tal vez haya que pasar un mensaje persuasivo; y si quiero huir, pero conservar la relación usaré un mensaje protocolario: "Tengo prisa; nos llamamos".

Algo muy típico de estas últimas décadas, y socialmente aceptado.

Mejor eso que "eres un pesado y no te aguanto más, sal de mi camino"...
Os imagináis una situación parecida?
Ojalá lleguemos a convertirnos en personas, que no dicen lo que piensan.

Hay que pensar qué efecto van a causar nuestras palabras y si eso es lo que pretendemos. No hay que perder de vista para qué estamos hablando.
Mi abuela siempre nos decía en su dialecto precioso:...” La lengua no tiene huesos; pero rompe huesos”...

Nos gusta seducir al interlocutor, porque siglos de mala convivencia nos enseñaron que coger ( agarrar) al otro por la solapa y empezar a agitarle diciéndole "¡ámame!"...Eso, no funciona.

Muchos dirán...Bueno..., eso ya lo sabemos...
¡Y una mierda!, la inmensa mayoría de la gente se muestra arrogante, agresiva o sumisa y no le pasa por la cabeza, esto tan mágico de qué puedo ofrecer a esa persona.

La primera ley de la seducción, sin la cual nada funciona, es: no lo des todo al principio. Y no hablo de sexo, si lo agotas todo, ¿qué interés tendrás la semana siguiente?...¡Es que si no te da, sólo para dos semanas!

Has de dejar de pensar en uno mismo y pensar en la otra persona. Sorprenderla cada día.
¿Que cómo se seduce sin palabras?
Yo tengo mis estrategias o al menos creo tenerlas y las comparto ahora con ustedes.

Se trata de identificar el escenario: si alguien aparta la mirada cuando le hablas, te interrumpe, mira la hora, lo más probable es que el escenario sea de confrontación o de indiferencia tensa; sabiéndolo, puedes rebelarte ante todo tipo de dominación.

Te cuento cómo? Haz la siguiente prueba cuando puedas, y si alguien te habla, de repente ponte pie. Tenga! Dile, y el solo hecho de hacerle sostener algo mío sin pedirle permiso es una actitud de dominación. Si lo logras, alli te inventas la excusa, del porqué le diste algo tuyo...

Nuestro cuerpo es un semáforo, un emisor de señales.
Cuando ligamos, ¿se han fijado en que hay un momento en el que no se habla y se está bien?...
Es porque nos hemos estado emitiendo señales en un escenario de colaboración.
Movimientos lentos (no tengo ningún tipo de nervios); lanzar una sonrisa sosteniendo la mirada (estoy a gusto contigo). 

La mirada está llena de códigos. 

Sí, claro...
Pero, como no tengo confianza con usted, le miro entre los extremos de los arcos ciliares y la punta de la nariz; pero no en la boca, ni del cuello para abajo, ni insistentemente a los ojos.
Así le estoy diciendo que me interesa pero la respeto.
Les garantizo que la gente lo percibe, ya verán...

Sin embargo, si quiero agredirla le miraré la boca, la repasaré descaradamente y usted dirá: este es un imbécil. ¿Por qué? Porque la he invadido. Aparte de la connotación sexual, la boca es el túnel a una cantidad de vísceras increíble, es algo íntimo. 

Hay quien te habla y no te mira. Eso es dominación.
El macho alfa es un personaje habitual en las oficinas, ese que también te mete la bronca delante de la gente, que quiere hacerte sentir una mierda, bueno, ése.... 

Quien no conoce o conoció alguno alguna vez?

En el momento en que tu frente brille, los hombros suban (porque ocultamos las zonas vitales), estás perdido.
No olvidemos que somos seres humanos desde ayer por la tarde. 

¿Cómo pararle los ataques? La primera señal que debo emitir es "a mí no me impresionas pero estoy dispuesto a colaborar si te portas bien". Esto significa que mis hombros tienen que estar caídos y que no estaré rígido, por eso tendré descompensado el cuerpo. Le miro, pero no directamente a los ojos, es decir, le respeto y exijo el mismo respeto. 

¿Y si se pasa de rosca? 

Técnicas más específicas, por ejemplo, a los “zares” que te dan la mano sin mirarte, yo se la pongo cerca pero no se la doy, entonces te miran y te encuentran sonriente... ¡Ya es tuyo!: has cambiado el escenario. 

También están los que te dan golpecitos cuando hablan y son los que me ponen los pelos del culo de punta, porque en la sociedad occidental la mujer tiene derecho a tocar más que los hombres (pueden quitarnos una miga del jersey). Y tienen derecho a mirar durante más rato, inspeccionar.
Y te exigen, que les mires a los ojos, cuando te hablan.

A nosotros nos resulta antipático ese comportamiento porque son señales femeninas destinadas a un público femenino y a nosotros nos gusta que nos vean machos. En pocas palabras, las féminas, hablan sin palabras.

Sí, yá!!!! con esas que suprimimos después de una coma. Por ejemplo: "¡Pero pregunta ya, (pesada)!".
Esa palabra no dicha se escucha, la emitimos con el semáforo.
La clave, está en observar para cambiar el frame (marco). 

En las parejas, por ejemplo, con tan sólo un par de gestos uno puede hacer cambiar la franja de colaboración a la de indiferencia; de hecho se usa mucho para mantener el interés del otro. Los que cambian los escenarios lideran las relaciones humanas.

Y si lo que queremos son oyentes entregados, tenemos que tenr en cuenta que, en una conferencia la gente escucha unos cinco minutos, luego se evade.
Lo primero es captar la atención y lo segundo estimular el interés, lo que sólo sucederá si lo que dice les propone un beneficio o les evita un problema.
Las explicaciones déjalas para el final.

Pero lo esencial para que te escuchen es que tú hayas escuchado primero. 

Asi que resumiendo.
El Poder, es algo que ya de niño me preguntaba por qué unos mandaban y otros obedecían, cuál era el argumento de esa obra de teatro de dominación y sumisión, y quería conocer las reglas.

Y hoy por hoy, con la edad que tengo, y tres créditos por pagar ( siempre lo digo), cuento cómo dominar todas las situaciones a través de los gestos.

Si tu interlocutor se toca la cara es que está atento, si se toca la proximidad de la boca hay algo de reserva, si es la nariz: miente. No tener prejuicios y percibir los cambios que se están produciendo en la comunicación no verbal es poder...
Y si se toca mucho el paquete ( bulto), es porque quiere follar ( cojer) contigo

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