Si una pareja no sirve para crecer, no sirve para
nada.
Deberíamos celebrar los divorcios tanto como
algunas bodas. Creo en la inteligencia de la vida, es el espejo que no nos
descubre, sino que nos ayuda a descubrirnos.
Es un "incrementador" de la conciencia
de nosotros mismos. Es uno de los medios más
para perfeccionar el arte de reinventarse.
Estamos tan metidos
en nuestro "mapa", o en nuestros "condicionamientos", como
los llama Krishnamurti, que los vamos repitiendo (actuamos una y otra vez
igual) sin ser conscientes de ello. sufrimos crisis que nos obligan a tomar
dolorosa conciencia de que estábamos limitados, estancados y condicionados. Las crisis de parejas, o te destruyen o te
mejoran.
Siempre son
dolorosas, por eso, para evitar esas penosas tomas de conciencia, nos
acomodamos a menudo en zonas de confort.
¿Qué tiene de malo apalancarse?
Que nos creemos que
estamos bien como estamos y en realidad sólo estamos resignados y auto
engañándonos.
Hay zonas de
confort en las que realmente disfrutamos de la ilusión de crecer y fluir con la
vida y otras falsas, donde estamos sólo por comodidad.
En realidad, todas
esas cosas existen porque no tenemos muy buenos amigos.
Yo sé y debo pensar que algunos
quedan.
Por supuesto que
tenemos amigos, pero, en vez de escucharnos a nosotros, como haría un muy buen amigo,
prefieren escucharse a sí mismos.
No acostumbran a
poner la suficiente atención como para poder ayudarnos.
A menudo, los
amigos, más que escucharnos necesitan afirmarse y se apresuran a imponer sus
puntos de vista sobre uno.
Y
es aquí cuando hay personas que me preguntan: ¿Ninguno
puede ayudarte?
Suponiendo que
acertaran con sus consejos, al dártelos no dejarían que encontraras por ti
mismo tus propias respuestas.
Sócrates
no sentenciaba: preguntaba.
Pero los amigos
suelen darte desde fuera sus propios razonamientos y pautas, y así impiden con
su buena voluntad que las encuentres uno mismo.
Dejar que busquemos
hasta descubrirnos a nosotros mismos (sería su espejo) del mismo modo que hay
que dejar que el niño (enseña Piaget) busquemos, investiguemos, encontremos y
aprendamos por nosotros mismos: así les enseñamos a aprender.
No les enseñamos la
verdad; les ayudamos a buscarla: les acompañamos en esa búsqueda. Con humildad.
Nadie tiene toda la
verdad ni siquiera nosotros. No hay verdad (acertaba Nietzsche) sino
interpretaciones.
Todos necesitamos
la parte de verdad de los demás para construirnos como personas.
Freud demostró que
todos sufrimos neurosis. Todos tenemos zonas luminosas y otras limitadas y
limitadoras. Afortunadamente para acompañar a una persona y ser su espejo no es
necesario ser perfecto. Y si no lo somos en absoluto y en nada.
¡QUE LES DEN POR
CULO!
DIBUJO DE QUINO
No hay comentarios:
Publicar un comentario