miércoles, 5 de octubre de 2016

BUSCANDO NUESTRO ESPEJO


Si una pareja no sirve para crecer, no sirve para nada. 

Deberíamos celebrar los divorcios tanto como algunas bodas. Creo en la inteligencia de la vida, es el espejo que no nos descubre, sino que nos ayuda a descubrirnos.
Es un "incrementador" de la conciencia de nosotros mismos. Es uno de los medios más para perfeccionar el arte de reinventarse.
Estamos tan metidos en nuestro "mapa", o en nuestros "condicionamientos", como los llama Krishnamurti, que los vamos repitiendo (actuamos una y otra vez igual) sin ser conscientes de ello. sufrimos crisis que nos obligan a tomar dolorosa conciencia de que estábamos limitados, estancados y condicionados. Las crisis de parejas, o te destruyen o te mejoran.
Siempre son dolorosas, por eso, para evitar esas penosas tomas de conciencia, nos acomodamos a menudo en zonas de confort.
¿Qué tiene de malo apalancarse?
Que nos creemos que estamos bien como estamos y en realidad sólo estamos resignados y auto engañándonos.
Hay zonas de confort en las que realmente disfrutamos de la ilusión de crecer y fluir con la vida y otras falsas, donde estamos sólo por comodidad.
En realidad, todas esas cosas existen porque no tenemos muy buenos amigos.
Yo sé y debo pensar que algunos quedan.

Por supuesto que tenemos amigos, pero, en vez de escucharnos a nosotros, como haría un muy buen amigo, prefieren escucharse a sí mismos.
No acostumbran a poner la suficiente atención como para poder ayudarnos.
A menudo, los amigos, más que escucharnos necesitan afirmarse y se apresuran a imponer sus puntos de vista sobre uno.
Y es aquí cuando hay personas que me preguntan: ¿Ninguno puede ayudarte?
Suponiendo que acertaran con sus consejos, al dártelos no dejarían que encontraras por ti mismo tus propias respuestas.
Sócrates no sentenciaba: preguntaba.

Pero los amigos suelen darte desde fuera sus propios razonamientos y pautas, y así impiden con su buena voluntad que las encuentres uno mismo.

Dejar que busquemos hasta descubrirnos a nosotros mismos (sería su espejo) del mismo modo que hay que dejar que el niño (enseña Piaget) busquemos, investiguemos, encontremos y aprendamos por nosotros mismos: así les enseñamos a aprender.

No les enseñamos la verdad; les ayudamos a buscarla: les acompañamos en esa búsqueda. Con humildad.

Nadie tiene toda la verdad ni siquiera nosotros. No hay verdad (acertaba Nietzsche) sino interpretaciones.
Todos necesitamos la parte de verdad de los demás para construirnos como personas.
Freud demostró que todos sufrimos neurosis. Todos tenemos zonas luminosas y otras limitadas y limitadoras. Afortunadamente para acompañar a una persona y ser su espejo no es necesario ser perfecto. Y si no lo somos en absoluto y en nada.

¡QUE LES DEN POR CULO!
Resultado de imagen de quino


                                       DIBUJO DE QUINO

No hay comentarios:

Publicar un comentario