miércoles, 21 de abril de 2010

…Y el cielo oscureció de repente, y descargó toda su furia, limpiando la sangre seca, con su agua torrencial, que llenaba las trincheras, lavando algunos rostros, que aun tenían muecas de terror, dibujadas en sus rostros…

En el horizonte los relámpagos de la tormenta, se confundían con los fogonazos de algunos cansados cañones…

Los aún niños, que comandaba mi abuelo Carmelo, estaban inquietos, sabían que en cualquier momento se firmaría la paz de ésa tremenda guerra, que había enfrentado inútilmente a hermanos, amigos y familias, destrozándolo todo a medida que avanzaba, por una Europa desmembrada, cansada, vieja y que ya no sería más la misma…

Curiosamente, mientras cantaba un gallo, anunciando el alba, se juntaban reyes príncipes, políticos y jerarcas, para firmar la paz…Dándole fin a la gran guerra que, cruelmente, había comenzado en el 1914…

Una paz, por la que, durante cuatro largos años, y tantos millones de muertos, habían luchado…

El amanecer traía los rayos de sol, y un fuerte viento despejaba las nubes, alejando la lluvia, que había llenado de fango las trincheras inundadas, barrosas, y putrefactas, mientras los poderosos, secaban sus firmas en un tratado de paz, que no duraría para siempre, como creían los seres que lo habían perdido todo…

Mi abuelo, lloraba por todos esos chicos que dejaron sus vidas por el honor y la grandeza de Italia…

Mi abuela Vita, se quitaba el vestido negro, y el mantón que cubría sus cabellos, que ya hilaban algunos destellos color plata…

Mientras tanto, en la otra punta del continente, mi otro abuelo, Salvatore, el padre de mi papá, le preguntaba a un compañero de batalla:

¿Tú crees en fantasmas?

Y el desconcertado soldado, sin responder siquiera, escuchaba el relato de mi abuelo Salvatore, que en la soledad de su torreta de ametralladora, todo se había llenado de niebla, y de allí dentro había surgido una mujer espléndida vestida de blanco, que al acercarse, le susurró al oído:

..."Te está esperando un hijo, y él y tu mujer están bien"... desapareciendo inmediatamente...

..."Un figlio? ma, come????...( un hijo? pero cómo), fué la respuesta de su amigo...

Y mi abuelo recordó, que el año anterior, cuando le habían dado una baja temporal, por padecer tifus, mientras estaba con su mujer, a lo mejor...

Pues sí, en casa lo esperaba mi papá, envuelto en pañales y trapos, como se solía hacer entonces que los bebés parecían una cosa toda tiesa, para que " la columna se pusiera fuerte"...

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