domingo, 29 de mayo de 2011

Hombres que fingen orgasmos

Sí.
Lo hacemos. 
Los hombres también fingimos orgasmos.
Hay verdaderos artistas en la materia, y a las pruebas me remito.

A los que nunca se han atrevido a dar el paso y no se les ocurre a qué trucos recurrir en tan delicado trance, les recomiendo que le echen un vistazo a cualquier video porno.
Se trata de un fenomenal montaje en el que se pueden contemplar fragmentos de películas en los que pueden aparecer 50 actores fingiendo un orgasmo.
Que en el cine XXX también se finge (y mucho) ya deberín saberlo, pero siempre resulta más divertido ver las caras que ponen Michael Douglas o Eddy Murphy, por poner sólo dos ejemplos.

Los hay de todo tipo: silenciosos e introspectivos, exagerados y expansivos, como de mal rollo o representantes de la felicidad absoluta...
En fin, como en la vida misma.  

Si en algo estamos todos de acuerdo es que fingir un orgasmo es algo muy feo. Todos los manuales de urbanidad sexual coinciden. Y ni te cuento lo que pueden llegar a decir los engañados en tales circunstancias. O sus amigas.

Ya se sabe que nunca se deben dejar de lado los aspectos comunicativos de la sexualidad, hay que aprender a decir las cosas, con mentiras no se va a ningún lado y bla, bla, bla.
Sin embargo, a veces no te queda otra. 

En alguna ocasión, muchos (al menos a mí no me duelen los calzoncillos en reconocerlo) nos hemos visto en la obligación de fingir y terminar de una vez con lo que teníamos entre manos.
Si la vida fuera una película francesa, pararías en seco, te encenderías un cigarro y pondrías cara de 'siento que esto no funciona como debería'. Sin embargo, no hay que desdeñar que en el mundo real este tipo de arranques de sinceridad no están muy bien valorados. 
Y si, encima, se trata de lo que se suele llamar 'un rollo de una noche', ¿a qué tanto psicodrama? 

¡Cuántas veces te has llevado a alguien a casa (o eres tú el que está en territorio ajeno) y poco a poco te das cuenta que posiblemente te has precipitado o los vapores etílicos te han jugado una mala pasada y te descubres junto a un 'orco'!
Pues eso.
Ah, que conste que a veces el 'orco' puedes ser tú para otra persona.
Que en estos asuntos la reciprocidad suele ser absoluta.

¿Qué lleva a alguien a fingir un orgasmo? 
Desde luego, el deseo de no herir el ego de nuestro compañero o compañera sexual.
El no querer dar explicaciones ni contar tu vida, sobre todo si sabes que no vas a volver a ver a esa persona jamás de los jamases. Y si por esos extraños caprichos del destino te la vuelves a encontrar, o forma parte de tu círculo de amistades o conocidos, con no repetir el error basta.  

El miedo a afrontar cuestiones de fondo bastante más serias, cuando te has enamorado de alguien y él o ella ya no te gustan, también suele ser determinante a la hora de recurrir a estas maniobras de distracción o timo.

Y tomarse las relaciones sexuales como una competición deportiva, en la que siempre tienes que ganar y satisfacer sexualmente a tu oponente, también puede tener como única escapatoria, dar tres empujones más fuertes de lo normal, proferir un par de gemidos (sin caer en exageraciones ni dramatismos a lo Nuria Espert) y asunto concluido.

¿Cómo debe fingir un orgasmo un hombre? Pues ni que decir, que tiene que usar un preservativo ya es de gran ayuda en este tipo de 'performances'.
Echarlo a la basura inmediatamente, envuelto en papel higiénico, suele ser un recurso expeditivo y eficaz, a no ser que el engañado/a lleve un inspector Gadget dentro y le dé por comprobar la basura. 
Evitar las posturas cara a cara y recurrir a posiciones como el perrito o la cuchara también son de gran ayuda, a no ser que se tengan grandes aptitudes dramáticas.

Una expresión o un gesto a destiempo pueden arruinar toda una gran interpretación.

En el caso de perpetrarse el engaño con la pareja habitual, no hay que actuar de manera diferente a la habitual en el post-coitum.

Si eres de los que hablan y acarician, no te hagas el raro.

Si eres de los que se dan la vuelta y se duermen, haz lo mismo. Cualquier cambio de actitud puede levantar más de una sospecha. 

En fin, todo esto y saber que lo que estás haciendo está muy mal, claro.
Porque una cosa es utilizar este tipo de trucos esporádicamente, con alguien que ni fu ni fa, y otra es hacerlo con alguien a quien se quiere.

Mal...muy mal...

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